La Esposa de Lobo romance Capítulo 417

De algún modo, Luna llegó a la casa de subastas Astral sin darse cuenta.

Como el dueño de la casa de subastas había dicho que el Rey Lobo le había dado el yinsén del rey salvaje, debía de saber algo sobre el Rey Lobo. Había ido a ese lugar para averiguar más sobre este hombre misterioso.

“¡Señorita Crestfall!”. Taylor, el secretario, se acercó a Luna y la invitó a pasar.

Poco después, el dueño, Joel, salió con una gran sonrisa en su rostro.

“Señor Smith”. Luna no se anduvo con rodeos y preguntó: “Usted dijo que el Rey Lobo me regaló el yinsén del rey salvaje. ¿Puede darme su información de contacto?”.

“¿Eh?”.

Joel estaba atónito.

El Rey Lobo había estado a su lado ese día. Por lo que él sabía, los dos eran marido y mujer.

Con ese pensamiento en mente, Joel se dio cuenta de algo de repente; Luna desconocía la verdadera identidad del Rey Lobo. Es por eso que estaba allí.

Ya que el Rey Lobo había decidido ocultar su identidad, Joel sufriría graves consecuencias si la filtraba.

“En realidad…”. Los pensamientos finales llegaron a su mente mientras decidía qué decir. “El Rey Lobo ganó el yinsén del rey salvaje, pero no estaba aquí en persona, así que no puedo ayudarte con esto”.

“¿No estaba aquí?”.

Luna estaba decepcionada, pero se rehusó a rendirse.

Tras pensarlo por un momento, ella preguntó: “¿Cómo hizo el pago?”.

Ella quería obtener más pistas a través de su método de pago.

“Pues…”. Joel se quedó sin excusas, así que le dijo a Taylor que trajera la factura. “Señorita Crestfall, esta es la factura del yinsén del rey salvaje que pagó el Rey Lobo el otro día”.

Luna tomó la factura para echarle un vistazo.

La que pagó fue en realidad Sonia, la directora general de la Empresa Celeste.

Como Rey Lobo, Andrius nunca aceptaba sin más la amabilidad de los demás, por lo que le había pedido a Sonia que enviara la factura después de la compra, de ahí la existencia de la prueba física.

Incluso después de llegar a la finca Kavo y regresar a su habitación, su mente no salía de su asombro.

Ella dio varias vueltas en la cama, pero fue incapaz de conciliar el sueño.

Al día siguiente, los demás familiares de los Conery, que habían ido solo para celebrar el cumpleaños de Jane, regresaron a sus casas.

Luna y Andrius subieron al coche de Bernard para ir a la estación de tren.

Mientras partían, los pensamientos de los Conery se llenaron de tristeza.

Renault vio con sentimientos encontrados cómo el coche de Bernard se alejaba de su vista.

Si no hubiera sido tan arrogante, ¿el resultado habría sido diferente?

Por desgracia, no podía retroceder el tiempo.

“¡Stella!”. Rainbow se acercó a Stella y dijo: “¿Puedo hablar con tu novio?”.