La Esposa de Lobo romance Capítulo 427

Era difícil vencer a un Amo de la Zona de Guerra.

Era aún más difícil matar a un Amo de la Zona de Guerra.

Atrapar vivo a un Amo de la Zona de Guerra era casi imposible.

Pero Andrius lo hizo.

"¡Escuchen!". Andrius agarró a Caestus por el cuello mientras miraba a los soldados, "Todos los soldados deben abandonar la montaña en cinco minutos, o si no...".

Sus profundos ojos brillaron con frialdad mientras su mirada desbordaba intención de matar.

Los soldados quedaron conmocionados y retrocedieron instintivamente.

"¡Andrius Moonshade! ¡Piénsalo bien! ¡¿De verdad vas a ir contra el Emperador?!".

Caestus estaba avergonzado por ser rehén de Andrius. Sus ojos se entrecerraron intentando buscar una forma de escapar de la atadura.

"¡Jajaja!". Andrius rió tan fuerte que hasta los pájaros del bosque se asustaron.

"¡No soy yo quien va en contra del Emperador! ¡Es el Emperador quien no me da una explicación y ha ido tras mi maestro! ¡Me está poniendo en una situación difícil!".

"Yo, Andrius Moonshade, puedo derramar toda mi sangre por el país y luchar contra cualquier intruso. No quiero hacer enemigos, pero si alguien va a por mi maestro, se enfrentará a mí. ¡Ni el Emperador de Kiyoto es una excepción!", habló con poder de intimidación.

Caestus quedó conmocionado. Su expresión se congeló por un momento.

"Andrius Moonshade, ¡perdiste la cabeza!".

"¡No! ¡Estoy pensando claramente!". Los ojos de Andrius seguían brillando con frialdad haciéndolo intimidante. "Caestus, aplaudo tu esfuerzo defendiendo el Norte durante muchos años, así que te doy la oportunidad de tomar la decisión correcta".

"Puedes llevarte a tus soldados y abandonar el Monte del Tigre Dragón, o mis Licántropos llegarán, trayendo nada más que destrucción. No me culpes por no contenerme entonces".

"En cuanto al Emperador, iré a verlo y le exigiré una explicación".

Entre líneas se intercalaban intenciones de matar, y eso asustó a Caestus. Andrius hablaba en serio. Caestus estaba seguro de que si no estaba de acuerdo con Andrius, perdería la cabeza inmediatamente.

"¡Retirada!".

Después de considerar seriamente sus posibilidades, Caestus ordenó a sus soldados que se retiraran. Era más importante seguir con vida que ir en contra del terco temperamento del loco, o si no moriría en vano.

Los soldados suspiraron aliviados mientras se retiraban de la montaña. Aunque eran los soldados de élite del Norte, tampoco querían ir en contra de los Licántropos.