La Esposa de Lobo romance Capítulo 431

Todos los titulares eran similares, y el contenido era extremadamente claro.

Los Licántropos de la Zona de Guerra del Oeste tenían misiles apuntando a Kiyoto. Mientras Andrius, el Rey Lobo, diera la orden, Kiyoto se volvería ruinas en un instante.

¡Chap chap!

Gotas de sudor caían de la frente de Registus.

"¡Andrius! No seas impulsivo. ¡La impulsividad es el demonio!". Registus forzó una sonrisa muy fea, y sus palabras salieron como una ráfaga. "Esto es Kiyoto de Florencia. No quieres que lo destruyan, ¿verdad? Así que...".

"¡Sentémonos y hablemos de esto! No te enojes mucho. ¡Es malo para tu cuerpo! ¿No estás de acuerdo, Andrius?".

En ese momento, no había ningún rastro de la calma y tranquilidad que Registus tenía antes.

Todos los seres eran iguales ante la muerte. Aunque fuera el Emperador, solo podría experimentar un misil en su vida.

"¿Hablar de ello?". Andrius miró a Registus y se burló. "¿Por qué no dijiste que debíamos hablar de ello cuando te di la oportunidad antes? ¿Por qué no la valoraste? ¿Tienes que ser apuntado por misiles para sentir miedo?".

Registus palideció.

Desde que ascendió al trono como Emperador de Florencia, era la primera vez que se sentía tan patético. Era la primera vez que agachaba la cabeza y se rendía.

Pero no tenía otra opción. Los que tenían altos cargos, especialmente los que venían de familias ricas, eran los que más valoraban sus vidas. Registus no era diferente.

Suprimió las ganas de maldecir y dijo con una sonrisa: "Andrius, admito que antes fui muy lejos. Puedo retirar la orden de arrestar a tu maestro. Pero...".

"El incidente de ese año que aniquiló a las familias nobles de Kiyoto tuvo un gran impacto. Como Emperador, tengo que investigarlo a fondo. De lo contrario, ¡estaría defraudando a mis súbditos!".

Esa era la línea de fondo de Registus. Como Emperador, no podía seguir retrocediendo.

Andrius frunció el ceño y dijo: "Investigaré personalmente este asunto y te daré una explicación, así como limpiaré el nombre de mi maestro".

Una mirada siniestra brilló en los ojos de Registus al escuchar esas palabras.