La Esposa de Lobo romance Capítulo 470

Cuando pasaron por la recepción, la cajera les paró y les dijo: "Señor, no ha pagado la cuenta".

¿La cuenta?

A Zenith le disgustó la pregunta del cajero. "¿Es usted ciego? Su dueño nos dio su vodka caro, ¿y usted me pide que pague la cuenta?".

Los demás reaccionaron de inmediato.

"¡Sí! Qué falta de visión".

"Eres un cajero realmente estúpido".

"El Joven Amo Mangold es un invitado importante del dueño. Incluso si él paga, ¿puedes tomar el dinero?".

"Sí".

Los Crestfalls no contuvieron sus críticas al cajero.

El cajero aguantó las ganas de regañarles y dijo amablemente: "El dueño no ha dicho que todos ustedes pueden comer gratis, así que...".

"¡Basta!". Zenith ya estaba harto de ser pretencioso por hoy y no quería quedar mal al final. Dijo generosamente: "Habitación 402. ¿Cuánto es la cuenta? Yo pago".

"Señor, su cuenta es...". El cajero miró la cuenta y dijo con una sonrisa cortés: "5,538,088".

"¡¿Cuánto?!". A Zenith casi se le salen los ojos de sus órbitas.

¿Una comida le costaba cinco millones?

Podía ser el joven amo de una familia rica de la capital, pero su dinero no crecía en los árboles, y no era dueño de una fábrica de impresión de dinero.

"¿Cinco millones por una comida? ¿Hablas en serio? ¿La comida está hecha de oro?".

"¿Por qué no vas a robar el banco?".

"¡Tonterías!".

"¡Intentas chantajearnos!".

Los Crestfall estaban furiosos.

"¡Dámelo!". Zenith le arrebató enojado la factura.

"¡Por fin estás aquí!". Zenith dijo en voz alta: "Dijiste que las dos botellas de vodka eran para tus invitados importantes, así que ¿por qué nos cobras? ¡Esto no acabará si insistes en cobrarnos!".

Harry miró a Lacles. Él también se sintió avergonzado e insultado, por eso gritó: "¿Cómo manejas este lugar? ¿Eres estúpido?".

"¡Abre tus malditos ojos y mira quién es este! Este es Zenith Mangold, ¡el joven amo de los Mangolds de la capital! ¡Es un honor para tu hotel tenerlo aquí! ¿Y aún así tratas de estafar su dinero? ¿Es así como el Hotel Gran Océano hace negocios?".

De alguna manera hizo que las palabras descaradas sonaran justas.

Los jóvenes lo apoyaron.

"¡Sí! ¡Estúpido!".

"¡Corto de visión!".

"¡Tacaño!".

"¡Anulen la factura!".

Lacles estaba tan enojado que se echó a reír. Se acercó a Zenith y lo miró a los ojos. Le dijo con firmeza: "Dije que era para mi invitado importante, así que, ¿quién eres tú?, ¿por qué crees que eres digno de beber de mi colección de vodka?".