La Esposa de Lobo romance Capítulo 57

¡El Rey Lobo de la Línea del Frente Occidental!

El comandante más feroz al mando de un millón de soldados de élite, ¡los Licántropos!

Hace muchos años, el chófer del Emperador ofendió accidentalmente al Rey Lobo, y éste le propinó una paliza delante de los diez guardaespaldas de élite del Emperador.

Ni uno solo de ellos se atrevió a detenerlo.

Si ni siquiera los diez mejores guardaespaldas de élite del Emperador se atrevían a ofender al Rey Lobo, su antiguo subordinado tampoco lo haría.

Andrius miró a Roy con indiferencia y dijo: "Roy, tu hermano pequeño me llamó impotente y pobre e insistió en que no debería cenar aquí. ¿Qué te parece? ¿Estoy capacitado para cenar aquí?".

Roy se estremeció al oír a Andrius. "Señor, mi hermano fue un tonto al haberlo ofendido. Lo traeré y haré que se disculpe ante usted".

Roy hizo entonces una señal a sus hombres para que salieran del restaurante.

Dick entró en el restaurante. No tenía ni idea de lo que había pasado y simplemente creía que su hermano había resuelto el pequeño conflicto.

Cuando se acercó a Andrius, rugió: "Rufián...".

Roy detuvo a su hermano con una bofetada en la cara. Bramó: "¡Pequeño pedazo de m*erda! Cállate la boca".

"Roy...".

Dick se cubrió la cara hinchada y miró a su hermano apenado.

Desde que eran jóvenes, su hermano nunca le había pegado, y sin embargo la primera vez que le abofeteaba era delante de una multitud.

Roy pateó entonces a Dick en las rodillas y le obligó a arrodillarse delante de Andrius. Y añadió: "Pedazo de m*erda, si no consigues el perdón del Señor, te voy a despellejar vivo hoy mismo".

Después de regañar a su hermano, Roy miró a Andrius e hizo una reverencia: "Señor, asumo la mitad de la responsabilidad por no educar bien a mi hermano. Por favor, permítame ofrecer un brindis para disculparme, y mi hermano también se doblegará por lo que ha hecho".

Roy miró entonces a Venus.

Venus dijo a sus hombres que trajeran tres copas de licor fuerte y las pusieran delante de Roy. Roy tomó uno de los vasos y se lo bebió sin vacilar.

Roy miró a Andrius con cautela y le preguntó: "Señor, ¿esto está bien?".

"No habrá más la próxima vez". Andrius hizo un gesto con la mano y añadió: "Roy, enséñale bien a tu hermano. Si vuelve a ocurrir algo así, no me culpes por hacer las cosas difíciles".

"Sí, señor. Gracias, señor. Haré lo que me ha dicho, señor".

Roy no se atrevió a demorarse ni un segundo más. Rápidamente agarró a Dick y salió corriendo del restaurante.

Hasta que Roy y sus hombres habían abandonado el restaurante, Dick preguntó en voz baja: "Roy, ¿quién es ese hombre?".

"¡Él es... el Rey Lobo!".

"¿El Rey Lobo?".

"Mm-hmm". Roy añadió con reverencia: "¡El Rey Lobo que comanda un millón de Licántropos!".