La Esposa de Lobo romance Capítulo 56

Venus reflexionó un momento antes de asentir y decir: "Gobernador Holland, puedo entrar y llamarlo, pero depende de él si quiere salir o no".

Luego volvió al restaurante Roman. Se acercó a Andrius y le dijo respetuosamente: "Señor Moonshade. Roy Holland quiere que le informe de que se reúna con él fuera".

"¡Hmmm!". Andrius gruñó "¿Un simple gobernador militar quiere que salga a su encuentro? Venus, dile que venga aquí a verme enseguida".

Tras sus palabras, todos los demás comensales del restaurante se sobresaltaron.

"¿Está intentando que lo maten?".

"Roy Holland es el gobernador militar de Sumeria. Nadie en la ciudad se atreve a desafiarlo".

"¿Es un tonto o un héroe?".

Venus conocía la identidad de Andrius, así que volvió al exterior donde Roy para entregarle el mensaje.

Roy reaccionó con amargura. Había gobernado la ciudad durante muchos años, y ésta era la primera vez que alguien le faltaba al respeto. Si se supiera, se sentiría avergonzado.

"¡Hmm!", gruñó Roy.

Justo cuando estaba a punto de llevar a sus hombres, Venus lo detuvo. "Gobernador Holland, solo lo quiere a usted dentro, solo".

"Espérenme afuera. Quiero ver quién es tan audaz para desafiar mi autoridad hoy". Roy chasqueó los dedos, indicando a sus hombres que lo esperaran fuera mientras seguía a Venus al interior del restaurante.

Venus guio entonces a Roy hasta Andrius en la mesa.

Sentada frente a Andrius, Halle se puso cada vez más nerviosa a medida que Roy se acercaba con una mirada intimidante y feroz.

Le temblaban las manos que sostenían la copa de vino y se obligó a beber unos sorbos para calmarse.

Los demás comensales del restaurante contenían la respiración mientras veían a Roy acercarse a Andrius. Imaginaban todo tipo de desenlaces cuando ambos se encontrarán por fin.

Bajo varios pares de ojos, Roy se acercó a Andrius y le puso firmemente la mano en el hombro.

¡¿Señor?!

¡¿El gobernador militar de la ciudad, Roy Holland, acaba de llamar señor a alguien?!

No era su estilo habitual.

Siempre había sido un hombre orgulloso e intimidante, y había menos de un puñado de personas en la ciudad que podían hacerle rebajarse de esa manera.

Mientras los invitados se escandalizaban, Andrius entrecerró los ojos y dijo con una sonrisa: "Roy, solo han pasado unos años, pero mírate ahora, siendo el gobernador militar de la ciudad con muchos hombres trabajando para ti, ¿y me dices que nos veamos fuera?".

Las palabras de Andrius aterrorizaron a Roy. Inmediatamente le explicó: "¡Señor, debe de estar bromeando! Si hubiera sabido que usted iba a cenar aquí, nunca habría traído a mis hombres y causado una escena".

Roy se esforzó al máximo por halagar al Rey Lobo, pero la sonrisa forzada parecía más fea que su arrugado rostro. Quería salir corriendo del restaurante y golpear a su inútil hermano contra el suelo.

De todas las personas a las que podía ofender, ¡tenía que ofender a la más aterradora!