La Esposa de Lobo romance Capítulo 63

Connor sabía la respuesta por la expresión de la cara de Jamire. Sonrió. "Jamire, lo he visto hoy".

"¡¿Qué?!".

"¡Es genial!".

Entonces, le contó a Jamire lo que había pasado antes y no exageró lo sucedido porque ya era exagerado.

"Espera...". Jamire captó el punto de la historia de Connor. "¿Alguien de la Corporación Luna Nueva?".

Después de lo sucedido en las obras de Punta Norte, era algo sensible al nombre.

Aquel hombre aterrador era de la Corporación Luna Nueva.

¿Podría Connor estar refiriéndose a la misma persona?

La expresión de Jamire cambió. Perdió el interés por la carne y la cerveza de la mesa y miró a Connor con cara de asombro.

"¿Qué aspecto tiene?".

Connor describió a Andrius a Jamire.

Jamire se estremeció. Su expresión cambió al decir: "Connor, hazme caso. Aléjate de ese hombre. ¿Sabes lo de las cien excavadoras arrasando las obras de Punta Norte? Yo estaba allí tratando de darle una lección a esa persona y ¿adivina qué pasó?".

Antes de que Connor pudiera responder, continuó: "¡Es el hombre que mencionaste, y convocó a un ejército de licántropos! Me apuntaron con armas a la cabeza, y todo lo que necesita es un zumbido para dispararme y convertirme en un colador".

La frente de Jamire ya brillaba de sudor. Le horrorizaba solo hablar de esa persona.

"¿De verdad es tan poderoso?".

Connor sabía lo poderoso que era Jamire en el inframundo.

Si incluso él era derrotado y amenazado, entonces ir contra Luna y la Corporación Luna Nueva sería suicida.

Segundo, recordó lo cobarde que era Andrius.

Andrius no dio explicaciones. Se limitó a preguntar: "Si ese Connor Rogers era malo y el Gordo Frank le dio una paliza, ¿por qué debería haberlo retenido? Connor Rogers es un cretino, y las cosas no se solucionan sin una paliza. Ahora que se ha firmado el contrato, es el mejor resultado".

"¿Eh?", se burló Luna. Se vio obligada a mirar a Andrius de otra manera una vez más.

La gente del campo era toda violenta y grosera, y solo sabían resolver los problemas con violencia.

¡Qué hombre tan imprudente!

Suspiró y dijo: "Connor Rogers está afiliado a la banda. Si le das una paliza, vendrán los problemas".

En cuanto sus palabras se calmaron, se oyeron fuertes claxonazos en el exterior del edificio antes de que un coche chirriara hasta detenerse frente a la entrada.

Entonces, Danni, la secretaria, entró en la sala a toda prisa. "¡Señorita Crestfall, Connor Rogers está aquí!".