La Esposa de Lobo romance Capítulo 91

"¡Está bien, Joven Amo Hanshu!".

"¡Llenaremos su cuerpo de múltiples agujeros!".

"¡Muere, Andrius Moonshade!".

"¡Es hora de que conozcas a tu creador!".

Los sicarios sonrieron viciosamente. Querían ver el miedo y la desesperación en la cara de Andrius cuando muriera.

Sin embargo, para su sorpresa, Andrius se quedó de brazos cruzados e ignoró sus amenazas.

¿Cómo Andrius podía estar tan confiado y arrogante en un momento así?

Ninguno de los sicarios soportaba su actitud.

Justo antes que apretaran el gatillo...

¡Vroom! ¡Vroooooom!

El ruido de una caravana, de coches caros, se acercó. El coche que iba de primero era un Rolls-Royce Phantom y el número 8 de la placa llamó mucho la atención.

"¡Alto!", dijo una voz anciana pero digna.

Todos los sicarios estaban sorprendidos. Miraron a Randal, esperando su siguiente orden.

Randal miró al Rolls-Royce Phantom. Levantó la mano, indicando a sus sicarios que se detuvieran.

Sin embargo, las armas seguían apuntando a Andrius.

¡Chillido!

Segundos después, la costosa caravana se detuvo frente a la puerta de los Crestfall.

Los guardaespaldas bajaron y abrieron la puerta. Un anciano digno con un aura poderosa salió del coche.

Era Anthony Henderson, ¡el hombre más rico de Sumeria!

Los ojos de Randal se encogieron de miedo.

¿Qué tan bien conectados estaban los Crestfall?

¿Llevó a sus propios sicarios a su puerta y llamó la atención del hombre más rico de la ciudad?

¡Se había acabado! ¡Ya nadie podría salvar a los Crestfall!

George, Dick y Harry lloraban para sus adentros, y la única expresión en sus rostros era la desesperación.

Los corazones del Amo Crestfall y de Luna también dieron un vuelco.

"Soy Anthony Henderson", Anthony se presentó mientras sostenía el bastón dorado de madera de cedro frente a él. Con una simple mirada, el corazón de todos dio un vuelco como si se estuvieran enfrentándose a un ejército.

"¡Amo Henderson!". Randal lo saludó inmediatamente.

"¡Amo Henderson!".

"¡Buenas tardes, Amo Henderson!".

Antes que Anthony anunciara su propósito, todos los Crestfall tendían a ser respetuosos y educados con él.

Anthony asintió. Luego levantó su caro bastón y lo puso en el hombro a Andrius.

Los Crestfall se pusieron nerviosos. El momento por fin había llegado. Sus corazones se aceleraron y se pusieron aún más nerviosos que antes.

"No puedes matar a este hombre".