La Esposa de Lobo romance Capítulo 90

Andrius no solo era tonto, sino también estúpido. Había ofendido a Randal, pero no sabía cómo comportarse y domar su arrogancia.

A los Crestfall no les importaba si Andrius quería morir, pero sus acciones los arrastraban.

"Joven Amo Hanshu, ¿está bien?".

"Señor, ¿está bien?".

Los sicarios inmediatamente atraparon a Randal y lo rodearon, con cara de preocupación.

Randal por fin era libre del agarre de Andrius. Enojado, su rostro hinchado se veía feroz y feo. Alejó a los sicarios y miró a Andrius con mala gana. "¿Por qué siguen ahí de pie? ¡Maten a Andrius Moonshade!".

¡Shosh!

Apenas su voz se apagó, más de la mitad de los sicarios sonrieron con maldad y se lanzaron sobre Andrius.

No se atrevieron a atacarlo antes porque tenía a Randal de rehén, pero con Randal liberado, ya no tenían de qué preocuparse. Se movieron rápidamente y apuntaron a Andrius en el cuello.

Sabían que Randal los recompensaría generosamente una vez que le cortaran la cabeza a Andrius.

"¡Muere!".

"¡Andrius Moonshade, la muerte es el único final para ti ahora que has ofendido al Joven Amo Hanshu!".

"¡Déjate de tonterías y mátalo primero!".

Los sicarios gritaron y rugieron mientras agitaban sus cuchillos y espadas contra Andrius.

El reflejo deslumbrante de las espadas daba miedo, aterrorizando aún más a los Crestfall. Temblaban, incapaces de decir alguna palabra.

Solo el Amo Crestfall logró advertirle a Andrius: "¡Andrius, ten cuidado!".

Para él, Andrius podía ser imprudente, pero era más valiente que los jóvenes Crestfall. Por lo menos era lo bastante hombre como para asumir la responsabilidad y luchar contra el enemigo.

Mientras los sicarios se abalanzaban sobre él, Andrius tardó un momento en girarse al oír al Amo Crestfall.

"Amo... Abuelo, no te preocupes".

Su pequeña reacción enfureció aún más a los sicarios.

"¡Andrius Moonshade, eres muy arrogante!".

"Estás rodeado por nosotros, ¿y aún así tienes tiempo para distraerte? ¡Muere!".

El poder de combate sorprendió a Randal.

¿Desde cuándo era Andrius tan poderoso?

Sin embargo, sus ojos brillaron con frialdad y gritó: "¡Vuelvan! ¡Usen sus armas!".

¡Zas!

Los sicarios que quedaban se retiraron inmediatamente a una distancia segura.

Entonces, los sicarios armados con pistolas las desbloquearon y le apuntaron a Andrius.

Randal inmediatamente se volvió arrogante al pensar que había recuperado el control de la situación. Con la cara hinchada, dijo con voz apagada: "Andrius, ¿crees que eres tan bueno luchando? Ser bueno luchando no sirve de nada. Con mis armas, ¡puedo hacerte innumerables agujeros en el cuerpo!".

Andrius sonrió y se burló, lo que enfureció aún más a Randal.

"Maldito, ¿por qué te ríes? ¡Dispárenle! ¡Vuélenle los sesos!".

"En cuanto a los Crestfall... Envía a los hombres al Dominio del Sureste y deja que se pudran ahí. En cuanto a las mujeres..."

Randal se quedó viendo el rostro perfecto de Luna y la lujuria le llenó sus ojos. Se lamió los labios pervertidamente y dijo: "¡Desnúdalas y tíralas en mi cama!".