La Guerra de una Madre Traicionada romance Capítulo 133

Thiago bajó la mirada, evitando enfrentar los ojos inquietos de Sabrina.

—No sabía que el pastel contenía nueces —murmuró, dibujando círculos invisibles sobre la sábana con su dedo índice.

Sabrina respiró hondo, conteniendo su ansiedad.

—¿Y aunque no lo supieras, acaso desconoces que eres intolerante a la lactosa y no deberías probar ningún pastel?

Las mejillas de Thiago se encendieron con un toque de rebeldía.

—Solo fue un pequeño bocado.

—Precisamente por ese insignificante bocado casi no vives para contarlo —replicó Sabrina, con la voz tensa por el recuerdo reciente del terror experimentado.

La preocupación maternal que envolvía a Sabrina se transformó gradualmente en una mezcla de irritación e impaciencia que tensó cada músculo de su rostro.

—Tú y ese niño insoportable pueden comer lo que quieran, ¿por qué yo no? Todo es porque siempre me prohíbes esto o aquello, y eso solo aumenta mi curiosidad por probarlo —protestó Thiago.

Sabrina frunció el ceño, sintiendo cómo sus buenas intenciones se estrellaban contra un muro de incomprensión.

—Lo hago únicamente por tu salud...

—Siempre te escondes tras esa excusa de que lo haces por mi bien y porque me quieres —interrumpió Thiago—. Pero en realidad solo buscas controlar cada aspecto de mi vida.

—Todo el tiempo repites que es por mi beneficio, pero jamás me respetas ni te interesa saber lo que verdaderamente deseo.

Sabrina lo miró atónita, como si contemplara a un extraño ocupando el cuerpo de su hijo.

—¿Quién te enseñó a expresarte así? ¿O realmente piensas de esa manera?

La respiración de Thiago se congeló momentáneamente mientras su mente procesaba la pregunta.

"La señora Vargas insiste en que todos los seres humanos son iguales, merecen libertad y absoluto respeto."

"Pero mamá no me respeta en lo más mínimo."

"Cada vez que deseo probar algún alimento, lo prohíbe bajo el pretexto de protegerme."

"¡Es mentira! ¡Solo pretende convertirme en un hijo sumiso, que obedezca ciegamente sus órdenes!"

"También quiere utilizarme como instrumento para captar la atención de papá."

Thiago se recompuso, alisando imperceptiblemente la sábana que lo cubría.

—Yo... eso es exactamente lo que pienso.

Fue como si un torrente glacial cayera sobre Sabrina, extinguiendo instantáneamente la mezcla de ansiedad, culpa y ternura que sentía hacia su hijo.

—Entonces dime —pronunció Sabrina con voz meticulosamente controlada—, ¿qué es lo que verdaderamente anhelas?

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