La Guerra de una Madre Traicionada romance Capítulo 171

Fernanda tembló de ira al darse cuenta que Sabrina la había hecho perder la compostura frente a todos. Deseaba plantarle unas bofetadas, pero con tantas miradas sobre ella, tuvo que contenerse. Después de todo, era una mujer que había navegado aguas turbulentas antes. Respiró profundamente varias veces para recuperar el control de sus emociones, consciente de que si el incidente de hoy se esparcía, su cuidadosamente cultivada reputación quedaría hecha trizas. Todo por culpa de esa alborotadora de Sabrina.

—Sabrina, Thiago ha estado ensayando día y noche para esta competencia. Nadie te pidió que lo acompañaras al concurso, pero tampoco tenías que arruinarle la oportunidad, ¿no crees?

—Y además, ni vienes de buena familia, ni tienes educación decente, mucho menos algún talento. No todos podemos pararnos junto a Thiago en el escenario, ¿o me equivoco?

Las palabras de Fernanda eran como dardos envenenados, revelando sin tapujos que Sabrina carecía de linaje y educación, exponiendo sus debilidades ante todos sin el menor rastro de cortesía.

En la alta sociedad, la compatibilidad social era un valor primordial. Incluso sin linaje, al menos se esperaba una educación sobresaliente para no convertirse en el blanco de habladurías. En el peor escenario, ser una celebridad o modelo podía servir como salvoconducto. Las familias adineradas obsesionaban con las apariencias, y la competencia social se regía por intrincadas jerarquías de desprecio. Casarse bien se despreciaba menos que casarse entre iguales. Casarse entre iguales despreciaba a quienes solo tenían educación y habilidades. Los educados y habilidosos despreciaban a estrellas y modelos. Alguien como Sabrina, que no poseía ninguna de estas cualidades, se encontraba en el nivel más bajo de esta cadena, vulnerable al desprecio de cualquiera.

"Esta mujer no es más que un adorno sin habilidades. ¿Cómo logró casarse con un Carvalho? Ah, cierto, dicen que André la desposó por un embarazo. Seguramente usó artimañas para atraparlo... pero incluso usando trucos, debería tener alguna habilidad, no puede ser solo una carga."

Sabrina se mantuvo serena ante el escrutinio colectivo.

—Fernanda, qué chistosa eres. No fui yo quien intentó sabotear la competencia de Thiago, sino tu adorada Araceli, que me derramó café en el vestido impidiéndome participar.

—Ella arruinó mi atuendo, lo justo es que me compense con uno nuevo.

—Y por cierto, ¿quién te dijo que no tengo educación ni talento?

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar