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La Guerra de una Madre Traicionada romance Capítulo 177

Araceli hablaba con dulzura, pero el significado detrás de sus palabras era claro para todos: quería que Sabrina admitiera la derrota. Gabriel observaba en silencio la escena y bajó la mirada hacia Romeo, quien se mantenía atento a todo lo que ocurría.

—Romeo, ¿qué te parece cómo toca el violín Sabrina?

—Muy bonito, hasta me hizo pensar en una palabra nueva que aprendí.

—¿Ah sí? ¿Qué palabra?

—Música celestial.

—¿Y cómo la comparas con la señora Vargas?

—¡Obviamente Sabrina es mejor! —respondió Romeo sin titubear—. Esa señora Vargas tiene un corazón muy malo, ni de chiste puede ser mejor que la señorita Sabrina.

Romeo nunca había escuchado a Araceli tocar el violín, pero su cercanía con Sabrina lo hacía apoyarla sin reservas. Gabriel se dio cuenta de esto y prefirió no seguir preguntando.

Del otro lado, Sabrina escuchó las palabras de Araceli y sonrió con serenidad.

—Lo siento, pero nunca bromeo con personas que apenas conozco.

La sonrisa de Araceli flaqueó ligeramente. Antes de que pudiera responder, Fabián intervino con tono desafiante.

—Sabrina, de verdad no sabes valorar lo bueno. Araceli y André te han dado mil oportunidades para retirarte con dignidad, pero te encanta hacerte la difícil, ¿no?

Luego se dirigió a Araceli.

—Araceli, si ella quiere competir, pues compite con ella. Hay gente que necesita una buena lección para entender cuál es su lugar.

Araceli había sufrido suficientes contratiempos por culpa de Sabrina últimamente y también quería darle una lección. Fingió dudar por un momento.

—¿No crees que sería demasiado?

Fabián resopló desdeñoso.

—¿Qué tiene de malo? Si ella misma está buscando problemas, no es culpa de nadie más.

Araceli miró a André con fingida preocupación.

Fabián, al escuchar esto, adoptó una expresión burlona.

—¡Ajá! Quieres quitarle a Araceli el regalo que le dio André, y luego dices que no estás jugando al tira y afloja.

Daniela replicó con mordacidad.

—Oye, lambiscón, ¿estás sordo o qué? ¿No escuchaste que Sabrina dijo que es el collar de su madre?

Lanzó una mirada gélida a André.

—Hay gente realmente repugnante, regalando las joyas familiares de otros como si fueran propias.

—Y otras personas se empeñan en quedarse con reliquias ajenas. Antes no lo entendía, pero ahora veo que quieren llevárselas hasta la tumba...

Fabián, enfurecido, estaba a punto de lanzarse contra ella, pero Araceli lo detuvo. Araceli, habiendo sido insultada directamente, tampoco mostraba una expresión muy amigable.

—Puedo aceptar tu propuesta —le dijo a Sabrina—. Pero ya que mencionaste que debe haber un incentivo, entonces yo también quisiera pedirte algo a cambio.

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