¿Ocurre algo? -Me pregunta Fernando mientras conduce, no me atrevo a decirle que siento que las deudas me ahogaran en cualquier momento.
-Nada que te interese – Respondí seca
-Belinda estás a punto de llorar
-No es tu asunto -Limpie mis lágrimas con las manos
Él se estacionó abruptamente en una calle solitaria y se centró en mí.
-Me dirás que ocurre o regreso a ese colegio.- Me advierte
-No quiero que te metas en mi vida. De verdad necesito ese trabajo.
-Mi madre no hará nada en tu contra, mi amor.
-Ni tú te lo crees. Me bajo acá.
Intente abrir la puerta, pero él fue más rápido y colocó el seguro en la puerta luego se acercó a mí y me acorralo llevando sus manos hacia arriba de mis hombros.
-Estuve pensando en nuestra conversación
-Te pedí que te alejes de mí y por lo visto te entro por un oído y te salió por el otro.
-Belinda sé que me equivoque contigo y nunca me cansaré de disculparme pero he cambiado. -Él lleva sus manos a mis mejillas deteniendo mis lágrimas-Te amo más que a mi vida y solo quiero recuperarte, que todo sea como antes entre nosotros.
-Eso nunca ocurrirá
-Solo dime que no me amas-Él centra su mirada en la mía
-Te odio más de lo que te amo. Tal vez cambiaste y tu arrepentimiento es sincero, pero eso no borrara todo el daño que nos causaste.
-¿Nos?
-Sí a mí y a mi familia porque tu madre se encargó de que despidieran a mi abuela y de hacerme quedar como una cualquiera frente a ella. Mi abuela me desprecia y eso nunca te lo perdonaré.
-Hablaré con ella
-No quiero que hagas nada ya te lo he dicho. No te acerques a Aarón ni a mi abuela ni a nadie de mi familia. Tal vez Diego tiene razón y lo utilizas para tenerme cerca.
-Claro que no-Espeta molesto
-No sería la primera vez que usas a las personas, sino ¿Por que tienes tanto interés en él?
-No lo sé, me enternece, me inspira cariño y deseos de protegerlo. Tal vez me recuerda a mí de pequeño, siempre busque amor, pero a diferencia de él, yo nunca lo tuve.
-No lo sé, me enternece, me inspira cariño y deseos de protegerlo. Tal vez me recuerda a mí de pequeño, siempre busque amor, pero a diferencia de él, yo nunca lo tuve.
-¡Esperas que sienta pena por ti! -Reí burlona
-No sé que hiciste con mi Belinda.
-Tú la mataste, esa Belinda idiota para la cual eras su todo ya no existe.
-¡No entiendo porqué con Diego eres tan sumisa y amable cuando él también tuvo que ver con la apuesta! A él no lo desprecias ni lo ignoras como lo haces conmigo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La obsesión del CEO mafioso.