La obsesión del CEO mafioso. romance Capítulo 4

Emma Mark.

Hoy amanecí con el pie izquierdo, todo me ha salido mal: la alarma no sonó por lo cual me desperté tarde y ni tiempo de desayunar tengo, no encontraba mi uniforme en mi armario donde se supone debe de estar, llegue tarde a la parada del bus escolar por lo que tuve que esperar uno público, llegue treinta minutos tarde y para el colmo, el profesor me mando a la dirección por obviamente llegar sumamente tarde por lo cual, recibí una reprimenda del director.-

Después de mi castigo que fue pasar un maravilloso día (nótese el sarcasmo) en la oficina del director, por fin estaba llegando a casa y como mi padre entro a trabajar, los niños los cuida la señora Cuper que es una vecina de mi comunidad que vive unas cuadras más debajo de mi casa, así que tengo que pasar por ellos más tarde, pero antes me dispuse a hacer la limpieza de la casa y ducharme relajada.

No sé porque siento una extraña sensación extraña pero si sé, que no me gusta para nada este sentimiento.

(…)

Toco la puerta de la señora Cuper y esta abre al paso de unos minutos.

—Linda ¿Cómo estás? –pregunto la señora Cuper.

—Muy bien señora Cuper ¿y usted?

—Muy bien también –Me sonrió –Cada día estas más hermosa, deberías de cuidarte de los muchachos y esos hombres enfermos –Hizo una mueca de desagrado.

—Siempre me cuido y gracias por el consejo… y por lo de hermosa.

Reí por mi comentario no me considero hermosa pero no estoy fea, mi estatura es promedio 5’3, mi pelo negro es muy largo me llega un poco por debajo de los glúteos por lo cual casi nunca por no decir nunca me dedico a hacerme un peinado, no tengo curvas de impacto pero tengo, Eva considera que tengo un cuerpo de impacto pero yo no lo considero así, bah mejor alejo esos pensamientos si soy hermosa o no, ni que fuera tan importante, o ¿sí? Bueno mejor lo olvido de una vez por todas.

(…)

Tengo en mis brazos a Laura y Luis va a mi lado, cuando estamos cerca de mi casa visualizo dos camionetas en frente de esta, mi ceño se frunce al ver la escena, esto es extraño, hay hombres vestidos de trajes de color negro fuera de la casa y están… ¿Vigilando?

Como puedo abro la puerta principal y me encuentro a mis padres sentados frente a un hombre con el cabello un poco largo hasta los hombros pero bien peinado con un traje mucho más elegante que los hombres fuera de la casa ¿Dónde he visto algo parecido?

—Buenas noches –Dije y todos se voltearon a verme, no lo podía creer, me quede estática en mi lugar, él es… él es el hombre a que le derrame mi batido ese días en Beignet Doré, veo a mis padres llorar y a él se le formo una sonrisa maliciosa, lo vi y trague saliva al ver sus ojos y ver que su mirada se conectó con la mía, lentamente volteo a ver a mi madre que llora como si alguien muy querido hubiera fallecido, mi instinto me movió a acercarme a consolarla.

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