CAPÍTULO 2: SOLO TENGO UNA HIJA.
Desde su infancia, Arzen y Ashly estaban destinados a unirse. La madre de Arzen, dotada con el don de la profecía, predijo su conexión con una loba de cabello blanco y ojos azules. Esta unión estaba destinada a fortalecer la manada y traer una ansiada paz entre los siete reinos. Ashly encajaba a la perfección en esta descripción, por lo que Sears trabajó arduamente para convencer al líder de la manada “Luna Oscura” de la importancia de la unión entre Ashly y Arzen. Sin embargo, la repentina desaparición de Ashly amenazaba con desbaratar todos esos planes y anhelos.
―Es que no lo entiendo, nana. Ashly siempre ha querido esto. —dijo Scarlett asustada y confundida.
―No lo sé, mi niña ―Lavinia la abrazó más fuerte ―pero debemos encontrarla antes de que alguien más se dé cuenta. Vamos, revisemos el jardín y el invernadero.
Las dos Omegas apenas habían dado un paso cuando Sears apareció delante de ellas. El Alfa entrecerró los ojos y se acercó lentamente, su presencia imponente llenando el pasillo.
―¿A dónde van ustedes dos? ¿Y dónde está Ashly? ―preguntó con voz fría y autoritaria.
Scarlett sintió el corazón martillear en su pecho, cada latido resonaba en sus oídos como un tambor de guerra. Su mente buscó desesperadamente una excusa que pudiera calmar la furia de su padre.
―Padre… ella…
El Alfa frunció más las cejas y dio un paso adelante, su mirada perforando a Scarlett.
―¿Dónde está tu hermana?
Scarlett tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta.
―Bueno, ella… ella debe estar en el invernadero. Voy a buscarla, padre. ―Scarlett estaba a punto de caminar cuando Sears la sujetó del brazo, sus dedos apretando su delicada piel con fuerza.
―Dije, ¿dónde está tu hermana, Omega? ―La palabra “omega” salió de sus labios como un veneno, y Scarlett sintió un nudo en el estómago. Aunque lo había escuchado mil veces, siempre que su padre se refería a ella de manera despectiva, le dolía profundamente. ―Ashly no está en el invernadero, vengo de allá. Y sé que estás escondiendo algo ―se inclinó fijando su mirada hostil en ella ―Dime, ¿dónde está?
Tratando de contener sus lágrimas, Scarlett parpadeó, evitando que cayeran.
―No… no lo sé, padre… ―murmuró con voz temblorosa.
El Alfa tiró de ella y la puso delante de él, su rostro a centímetros del suyo.
―¿Qué significa que no lo sabes? ¡¿A dónde fue tu hermana?!
Sears entró en desesperación. Ashly no podía desaparecer precisamente ese día. Ella era su conexión con la familia Wolford, la unión debía hacerse tal como se había planeado.
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