La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 111

Quizás Tiffany estaba ocupada, así que Arianne no pensó mucho en ello.

Fue entonces cuando escuchó la voz del Mayordomo Henry proviniendo de la planta baja. Mark había regresado ...

No parecía que estuviera planeando ir a ningún lado esta noche. Se dio una ducha y se cambió de ropa en cuanto regresó. Ninguno de los dos habló en la mesa durante la cena. El ambiente era bastante tenso.

Mary sirvió el último plato y la sopa. “Señora, ya que se ha sentido mal últimamente, hice que la cocina preparara un poco de sopa nutritiva para usted. Aunque tiene un ligero olor a pescado, es bueno para el estómago. Por favor trate de soportarlo y coma, aunque sea un poco”.

Preocupada por tener náuseas de nuevo, Arianne rápidamente se tapó la nariz. "No lo quiero ... Mary, te dije que no prepararas nada con olor a pescado. No puedo soportarlo".

Mary puso un tazón pequeño de sopa frente a ella. “Solo cúbrase la nariz y bébaselo. Estará bien. Pasé toda la tarde preparando esta sopa".

No queriendo que el esfuerzo de Mary se desperdiciara, Arianne no tuvo más remedio que taparse la nariz mientras sostenía el plato de sopa de aspecto viscoso. Incluso con precauciones, el olor todavía entró a su nariz. El fuerte hedor inmediatamente hizo que su estómago se revolviera. Se levantó y corrió al baño. La pequeña cantidad de comida que ingirió fue expulsada de su cuerpo.

Mary estaba extremadamente preocupada de verla así. Sabiendo que Arianne era terca, solo podía acudir a Mark en busca de ayuda. “Señor, mire a la señora… ¿Qué debemos hacer? Siempre ha tenido un estómago débil. Todavía es joven... Si algo sale mal de nuevo ... "

Mark frunció el ceño, pero siguió metiéndose comida en la boca con la exquisita cuchara en la mano. Sus movimientos parecían casi mecánicos. "Ella no tiene tres años. No necesito preocuparme por todo".

Mary intentó presionar un poco más. "¿Puede al menos preocuparse un poco más por ella?"

Mark dejó los cubiertos, luego recogió la servilleta y se limpió con gracia las comisuras de la boca. No había emoción en sus ojos. "¿Me estás dando órdenes?"