La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1115

La cara bonita de Melanie cambió y se puso pálida. “¿No hemos hablado ya de eso? No me desharé del bebé. Si realmente no deseas admitir que es tuyo, entonces anunciaré al público que no es de tu propia sangre. ¡Después de todo, tú eres el que prefiere verse como un tonto cuya esposa lo engañó, que reclamar su propia sangre!”.

Él giró su silla de ruedas hacia ella. “¿Por qué tienes que insistir en quedarte con el niño? No lo quiero ahora. Podemos hablar de ello más tarde”.

Melanie insistió: “Este es mi primer hijo, debo tenerlo. No eres el único que puede decidir sobre esto. ¿No deberías pedir mi opinión también? ¿Cómo puedes ser tan egoísta? Esta es una vida, es nuestra... El hijo de dos personas, ¿puedes deshacerte de él solo porque no lo quieres?”. Cuando terminó, su voz se ahogó y tembló ligeramente.

Ella había esperado que Alejandro le brindara la calidez que deseaba, aunque fuera solo un poco. Sin embargo, ella realmente no podía entender. ¿Cómo podía ser tan despiadado como para matar su propia carne y sangre incluso si no lo amaba? Ella podía aceptar su trato hacia ella, pero estaba completamente decepcionada por su crueldad hacia su propio hijo.

La mirada de Alejandro cayó sobre su vientre plano. Un poco de vida latía y crecía ahí dentro. Él no podía imaginar que iba a nacer un niño, su hijo...

Sabía que las cosas no terminarían bien si tenía un hijo con una mujer a la que no amaba, así como su madre no lo amaba desde que nació en el pasado. Si Tremont padre hubiera amado a su madre, las cosas probablemente no hubieran llegado a ese punto, ¿verdad?

Mientras pensaba en esto, él decidió firmemente. “Podemos hacer lo que quieras, siempre y cuando te deshagas del niño. Te trataré lo mejor que pueda, cumpliré todas tus fantasías de matrimonio. Siempre y cuando... te hagas un aborto”.

Melanie no podía ver a través de las complicadas emociones que Alejandro tenía detrás de sus ojos. Ella estaba claramente decepcionada con él, sin embargo, continuó mintiéndose a sí misma al aferrarse a ese tenue rayo de esperanza. ¿Era realmente posible que él no quisiera tener un hijo en ese momento? Todavía eran jóvenes, por lo que no era imposible volver a quedar embarazados en el futuro. No había necesidad de que siguieran discutiendo sobre el asunto y arruinaran su relación.