La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 114

Lágrimas llenaron sus ojos, pero Tiffany hizo todo lo posible para evitar que cayeran. “Hmm, puedo decir que esta Sasha es como yo. No somos más que tus peldaños. En lugar de enojarme, debería simpatizar con ella. Tus ojos son tan fríos como el duro viento invernal. Así es como me has estado mirando desde antes, simplemente me gustaba sumergirme en mis propias fantasías. No es necesario que devuelvas el dinero. Ya que voluntariamente lo gasté en ti, no tengo derecho a pedirlo de vuelta. Gracias por enseñarme una lección. Gracias por darme un duro golpe mientras todo mi mundo se desmorona. ¡Realmente me das asco!"

Habiendo dicho eso, se dio la vuelta y se fue. Fue entonces cuando las lágrimas finalmente corrieron por su rostro.

Ella entendió todo en el momento en que Ethan salió del baño. Lo primero que le preocupaba no era el hecho de que ella estuviera empapada hasta los huesos, sino los secretos que tenía en su teléfono. La decepción fue demasiado, ya no podía seguir engañándose a sí misma.

Regresó a la casa de alquiler aturdida. El antiguo edificio residencial tenía solo cinco pisos. No había administración de la propiedad. Cada piso estaba ocupado por aproximadamente diez hogares de varios tipos de inquilinos. Los ocasionales gritos de borrachos que escuchaba eran aterradores. Los pasillos también estaban muy oscuros.

Tiffany ordenó sus emociones frente a la puerta, luego sacó sus llaves. Cuando su mirada se posó en la cerradura de la puerta, de repente notó algunos rasguños en ella. Dado que la cerradura de la puerta había sido reemplazada recientemente cuando se mudaron, ¡estos eran signos de un robo!

En su nerviosismo, sus palmas comenzaron a sudar. Agarró un tubo de acero de la esquina y luego abrió la puerta con manos temblorosas. La luz se encendió rápidamente y fue recibida por una visión caótica. La casa de alquiler, perfectamente ordenada, estaba ahora en ruinas. Su mamá yacía inconsciente en el suelo.

"¡Mamá! ¡Mamá! ¿Qué pasó?” Corrió hacia adelante y lloró como una niña con su madre en sus brazos. Su fuerte fachada quedó completamente destrozada por la serie de eventos desafortunados.

Los labios de Lillian estaban pálidos y no respondía. Presa del pánico, Tiffany sacó su teléfono y llamó a Arianne.

Arianne estaba a punto de dormir cuando recibió la llamada. "¿Hola…? ¿Qué pasa, Tiffie?