La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1154

Arianne se sorprendió por un momento. Él le había prohibido que lo llamara hermano hace mucho tiempo. ¿Qué locuras estaba diciendo? Estaba demasiado cansada para pensar demasiado en la situación, lo único que quería era que él no la torturara más. "Hermano”.

De repente, Mark la abrazó con más fuerza, provocando que se asfixiara un poco. "¿Qué sucede contigo? ¿Puedes ser un poco más gentil? Me estás abrazando con demasiada fuerza".

Él no le respondió y ella no pudo entender lo que estaba pasando por su mente. Sin embargo, durmió muy bien esa noche. Quizás su agotamiento hizo que su condición de sueño se elevara a niveles máximos de comodidad.

A la mañana siguiente, cuando Arianne se estaba lavando la cara, Mark se acercó a ella y se cepilló los dientes. El bromista dentro de ella emergió al pensar en cómo él le había pedido que lo llamara hermano mayor anoche. Ella le salpicó el cuerpo con un poco de agua y le dijo: "Buenos días, hermano".

Mark se atragantó con un poco de pasta de dientes y tosió durante bastante tiempo. Su expresión se torció. “¡T-tú…! ¡Cállate!".

Arianne no podía dejar de reír. “¿No te gusta? Fuiste tú quien me pidió que te llamara así anoche, ¿no? ¿Qué ocurre? ¿No se siente como solía ser cuando eras más joven? Muchas mujeres llaman a sus parejas como hermanos, al igual que las coreanas se refieren a sus parejas como oppa. Es solo un apodo. ¿Tienes que ser tan sensible al respecto? No reaccionaste de esta forma cuando te llamé así anoche".

Mark salió del baño después de enjuagarse la boca. Arianne estaba desconcertada pero no le prestó atención.

Mark se concentró en conducir mientras se dirigía a la oficina cuando Arianne de repente preguntó por curiosidad: "¿Por qué me pediste que te llamara hermano de repente?".

Giró la cabeza para mirarla. “Quería verte confundida. ¿Por qué no lo haces para mí ahora?”.

Los labios de Arianne se crisparon. “No sé cómo hacerlo. ¿Por qué no me muestras cómo?".

Ella asintió con la cabeza, aturdida antes de salir del coche en el mismo estado de ánimo...

El coche de Mark salió disparado con el viento frío mientras sus palabras seguían resonando en su cabeza. “Recuerda lo que me prometiste. No olvides coquetearme todos los días".

Cuando se dio la vuelta, levantó las manos para cubrirse el rostro sonrojado. No podía manejar ese tipo de estimulación tan temprano en la mañana, así que se decía a sí misma: "Cálmate... cálmate...".

No fue hasta que ingresó a su oficina que regresó por completo a la realidad y se calmó. El clima de ese día era extraordinariamente hermoso y el sol brillaba sin rastros de nieve.