La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1180

Arianne jugó con Aristotle por un rato, pero no podía dejar de preocuparse por Robin. Por eso, le envió un mensaje para ver cómo estaba. Robin respondió rápidamente: ‘Me ha dejado las cosas muy claras. Fue un accidente, me pidió que no pensara mucho en ello y que fingiera que no pasó nada. Hablaremos entre nosotros como de costumbre a partir de ahora. Me ha pedido disculpas y me ha invitado a comer. Dijo que a partir de ahora me orientaría, al igual que tú. Creo que es una buena idea para que no nos sintamos demasiado presionados. Nos acabamos de conocer, así que estar juntos parece inadecuado. Tuve una pelea con mis padres en casa porque no volví a casa anoche. Me regañaron muchísimo. Sé que dije que era una pelea, pero fui la única a la que le gritaron. No te preocupes, Arianne. Estoy bien’.

Arianne suspiró. Este resultado no era ideal, pero era el mejor posible.

Cuando Mark llegó a casa, ya eran las 11 p.m. Arianne estaba somnolienta, ya que los sonidos de la ducha la habían despertado. Ella esperó a que él terminara de ducharse y luego la pareja se acurrucó uno contra el otro y charlaron en la cama. Tenían muy poco tiempo para pasarlo juntos durante el día, por lo que este era el único tiempo para compartir.

Mark se sorprendió cuando mencionó a Sylvain. “¿Sylvain Trudeau? ¿Se ha incorporado a tu empresa? ¿Cómo es eso posible?".

Arianne sintió que estaba haciendo un escándalo por nada. “La compañía puede permitírselo. ¿Qué hay de imposible en eso?”.

“¿Cuánto dinero podría tener para él una pequeña empresa como esa? Aun así, es extraño, incluso con todo tipo de condiciones", respondió Mark con confianza.

Los asuntos de Sylvain no parecían importantes para Arianne. Ella solo lo estaba mencionando de pasada. "¿Quién sabe qué le pasa? No me importa. Él puede hacer lo que quiera. Volveré a la cama. Tengo sueño”.

Durante sus compras, Robin de repente recibió una llamada del Sr. Yaleman, pidiéndole que regresara a la oficina para recoger un documento y enviárselo a Sylvain. Robin todavía estaba demasiado acostumbrada a ser muy complaciente, así que estuvo de acuerdo, independientemente de lo reacia que estuviera.

Tiffany, tan directa como siempre, exclamó: "¿Es sábado y todavía te está dando órdenes? ¿Le pasa algo al cerebro de tu jefe? Si fuera yo, tendría la suerte de salir sin una buena reprimenda. ¿Por qué deberías escucharlo y hacer lo que él quiera?".

Robin sonrió. "Está bien. Es solo enviar un documento. No es problema. Disfruten ustedes. Me reuniré con ustedes de nuevo cuando haya terminado. Las llamaré".