La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1219

Arianne sacudió la cabeza. “No tiene nada que ver contigo. Íbamos a pelear por ciertas cosas tarde o temprano; era solo cuestión de tiempo. No tengo hambre. No voy a comer. Smore todavía está dormido. Gracias por cuidarlo durante el día. Intentaré volver a casa tan pronto como pueda cuando termine en la oficina. De ahora en adelante, envíame la factura de todos los gastos de Smore. No le preguntes a Mark. No quiero gastar un solo centavo de su dinero. Lo mismo va para Smore”.

Mary se quedó asombrada, incapaz de hablar. Esta era la primera vez que tenían una pelea como esta. No estaba segura de cómo aconsejarla.

La mente de Arianne todavía estaba hecha un desastre cuando llegó a la oficina. Cada vez que cerraba los ojos, recordaba todo lo que Mark había dicho anoche. Quería consolarse a sí misma. Era completamente normal que la gente dijera cosas hirientes en el calor del momento, pero ¿no se había quedado callada anoche? Ella era capaz de controlarse a sí misma para no soltar palabras de odio, pero él no. ¿Quién era el irrazonable en su discusión?

Abrió los ojos cuando escuchó pasos acercándose a ella. Vio el rostro alegre y sonriente de Robin ante ella. “Arianne, te ves muy cansada hoy. Te he comprado un café”.

Arianne sonrió. “Gracias. Te transferiré el dinero para este café más tarde”.

Robin frunció los labios y respondió: “¿Por qué tan modesta? Somos amigas. ¿No puedo invitarte a una taza de café?”.

Arianne tomó un sorbo de café. “No es eso. No es fácil para ti ganar dinero. Tu billetera no podrá resistir si sigues comprándome café con tanta frecuencia. Las buenas relaciones deben cultivarse, no gastarse. De lo contrario, acabarás gastando de más algún día”.

Robin notó el significado sutil detrás de sus palabras y preguntó cuidadosamente: “¿Has... estado peleando con tu esposo?”.

Sin embargo, antes de que pudiera cerrar la puerta, Mark de repente se sentó. “Ven aquí”.

Davy se estremeció y avanzó con cuidado. Finalmente, sintió que Mark le daba un puñetazo en el pecho. Aunque Mark en realidad no lo golpeó y no usó mucha fuerza, fue suficiente para asustarlo. “¿Qué ocurre? ¿Por qué durmió en la oficina anoche? ¿Lo ha echado la Sra. Tremont?”.

Mark le lanzó una mirada furiosa. “¿Es tan difícil para ti llevar un documento? ¿Quién te dijo que se lo pidieras a Janice? ¿Te molesta la falta de drama? Si estás realmente tan ocupado, ¡termina tu trabajo primero antes de resolver tus asuntos personales!”.