La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1266

Tiffany notó que algo andaba mal antes de terminar de hablar. Levantó la mirada y vio que la expresión de Jackson se había vuelto fría. Sus ojos parpadearon con pánico. Ella no podía entender lo que le estaba pasando. "¿Q-qué pasa? ¿Por qué me miras así?".

Era como si se hubiera convertido en una persona completamente diferente. Su tono era tan frío como el hielo. "Con ese matrimonio de conveniencia, ¿de verdad crees que él realmente tendría algunos sentimientos por Melanie Lark? Todo está en tu mente. Te lo he dicho, no tienes permitido verlo. Ni siquiera por accidente y especialmente no a propósito. ¡La próxima vez, evítalo!".

Su repentino cambio de comportamiento asustó a Tiffany. Ella se quedó sorprendida, sin saber qué decir.

Jackson terminó rápidamente su ducha y salió furioso, dejándola sola en el baño. Su corazón inmediatamente se sintió vacío. Todo iba tan bien hasta que mencionó a Alejandro, y de repente se convirtió en esto...

Sin que ella lo supiera, Jackson se escondió en el estudio a fumarse algunos cigarrillos. Los dedos que sostenían su cigarrillo temblaban continuamente. Tenía demasiado miedo para pensar en eso, la reacción de ella cuando se enterara de que Alejandro era en realidad Ethan. ¿Entraría en una crisis nerviosa? No podía atreverse a mostrar demasiada emoción frente a ella, por lo que tuvo que esconderse y calmarse. Lo único que podía hacer ahora era limitar sus interacciones con Alejandro. Desafortunadamente, a pesar de sus mejores esfuerzos, no podía mantenerlo alejado por completo. Gracias a Dios, Arianne también estaba allí. Gracias a Dios…

...

Ayashe, en la Mansión Lark, a altas horas de la madrugada.

Alejandro no fue directamente al Chalet de Smith después de bajarse de su avión. En cambio, fue a ver a Melanie primero. Después de todo, Don Smith había dejado muy claro que estaba allí para ver a Melanie, y no se le permitió demorarse.

Cuando Alejandro empujó la puerta y entró en la habitación de Melanie, descubrió que ella todavía estaba despierta.

Ella se sentó en la cama y lo miró con calma. “¿El abuelo te ha obligado a venir aquí de nuevo? Simplemente actúa. Sé que no quieres estar aquí, así que no te voy a obligar".

Alejandro no respondió de inmediato. Sus piernas se sentían insoportables por estar parado demasiado tiempo, así que se sentó en la silla frente a su tocador.

Esta era su primera vez en su habitación. Como a la mayoría de las chicas, a ella le gustaba el rosa. La mayoría de las cosas en su habitación eran rosas, incluso los peluches de su cama. El aire estaba impregnado de su fragancia. Habría parecido una joven virgen si no fuera por el evidente bulto en su vientre.