La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1319

Una vez que Melanie se sintió cómoda, miró a Alejandro y dijo: “No podremos ocultarle la verdad al abuelo. Creo que deberíamos decírselo ya que la niña ya nació. La razón por la que nos sometimos a esta cirugía fue para que el abuelo pudiera ver a su nieta antes. En cuanto a mi familia... se los contaré después de que me den el alta”. Melanie estaba preocupada de que su familia se dirigiera al hospital y causara una escena en el momento en que se enteraran. El solo pensar en la escena le provocaba pesadillas. Todo lo que ella quería en ese momento era algo de paz y tranquilidad.

Alejandro asintió. Sacó su celular y grabó un video para enviárselo a Don Smith, informándole a este último que había nacido la bebé y en qué hospital se encontraban. Mientras Alejandro grababa el video, miró bien el rostro de su hija. No se la podía considerar bonita; su piel brillaba en rojo y era bastante delgada, a diferencia de otros bebés, que tendrían una piel más clara. Sin embargo, Alejandro realmente pensó que la niña no se veía fea. De hecho, sintió que podía seguir mirándola.

Cuando Don Smith se enteró de la verdad, no perdió el tiempo para llamar y regañar a Alejandro. En cambio, se apresuró enojado al hospital.

Cuando Don Smith vio a Melanie y su bebé, las lágrimas parecieron brotar de sus ojos, aunque trató de ocultarlo. “Melanie, ¿por qué no me escuchaste? La seguridad tuya y de tu bebé es lo más importante... ¿Por qué tuviste que dar a luz prematuramente?”.

Melanie se rio. “Abuelo, ¿no estamos las dos a salvo al final? Estamos bien. ¿Le gustaría cargar al bebé?”.

Don Smith sacudió la cabeza. “Solo lo miraré”. A Don Smith le resultaba difícil incluso caminar ahora; estaba acostado en la cama o en una silla de ruedas, incluso sus brazos no tenían la fuerza que solían tener. Temía no poder sostener al bebé correctamente.

Jett sostuvo al bebé en sus brazos y se paró frente a Don Smith. Este último miró fijamente al bebé durante un minuto antes de sonreír y preguntó: “¿Le has puesto nombre? ¿Es un niño o una niña?”.

Alejandro, que odiaba estar en situaciones tan sentimentales, dijo sin tono: “Teníamos prisa y simplemente se nos ocurrió un nombre. Ella se llama Melissa”.

Cuando Don Smith se enteró de que el bebé era una niña por su nombre, no pareció sentirse infeliz. “Bien, bien, está bien. Una hija no es algo malo. La cosa es que ella necesitaría casarse con otra familia en el futuro, así que creo que ustedes dos deberían tener un hijo para ayudar a continuar el legado de los Smith. No estoy diciendo que no me guste tener una nieta, la amo de todos modos”.

Alejandro se puso de pie y se arregló la camisa. “Es un hombre moribundo. ¿Por qué te molestarías con lo que piensa? Me voy a casa por un rato. Regresaré más tarde esta noche”.

Cuando salió de la sala y se detuvo en el pasillo, vio a Don Smith tosiendo incontrolablemente. Alejandro enarcó una ceja y se acercó a él. “¿Saliste de repente porque tu enfermedad te estaba molestando? Ni siquiera pudiste aclararte y terminaste haciéndola preguntarse si preferías más un varón que una mujer. Si no fuera por dejarte ver a tu nieto antes, ella no habría optado por un parto prematuro”.

La cara de Don Smith estaba tan blanca como una sábana después de tomar su medicación. “Y-yo… no pude decírselo a tiempo. ¿Cómo iba a saber que mi enfermedad optaría por atacar en este momento? Además, hay una bebé recién nacida ahí. ¿Y si hubiera contraído mi enfermedad? Ale, Melanie está en el punto en el que necesita que la cuiden después de dar a luz. Deberías quedarte aquí y cuidar de ella. Mi cuerpo no me permite moverme demasiado, así que ahora me voy a casa”.

Alejandro empujó la silla de ruedas de Don Smith en lugar del guardaespaldas. “Volvamos juntos. De todos modos necesito cambiarme de ropa. Regresaré más tarde esta noche”.