La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 135

Ella se negó a creer que el Sr. Sloane estaba muerto. ¿Cómo puede un muerto enviar una carta?

“Deja de pensar en eso por ahora, Ari. Tomemos este asunto con calma. Yo también te ayudaré a analizarlo. Te entregue la carta poco después de recibirla. Dada la distancia de aquí a la capital, una carta no tardaría en ser recibida. El remitente debe estar vivo, o al menos, cuando envió la carta. Podría haber usado una dirección inválida para enviar la carta porque no quería que averiguaras dónde vive ahora. Hmm, no estoy muy segura de lo que está pasando aquí, pero el Sr. Sloane definitivamente no está muerto. No te desanimes. Ya que envió la primera carta, seguro que enviará otra. ¡Tendremos que esperar! Puede que no quiera que lo localicemos, pero no puede dejarnos colgadas así, ¿verdad?" Tiffany hizo todo lo posible por consolar a Arianne.

"No te preocupes, estoy bien, Tiffie. He esperado muchos años, puedo seguir esperando... Estoy bien, de verdad...” Arianne guardó la foto y forzó una pequeña sonrisa. No quería poner a Tiffany nerviosa como ella.

Su plan inicial era averiguar qué sucedió en el incidente durante este viaje. Si su padre fue una víctima en lugar de la causa principal del accidente aéreo, entonces tendría una buena charla con Mark al respecto. Podría dejar de lado el pecado que la había agobiado durante más de una década y revertir el caso de su padre. Después de eso, le confesaría su embarazo a Mark. Pero, por supuesto... todavía no se atrevía a pensar en eso en detalle.

Ahora que estaba en un callejón sin salida, tendría que seguir con su plan inicial hasta que ya no pudiera mantener en secreto su embarazo de Mark. Luego daría a luz al niño y dejaría el Chalet de Tremont, llevando sus pecados con ella ... ¡Este no era el final que ella quería!

El cielo ya estaba oscuro cuando Arianne regresó al Chalet de Tremont. Había luces en la casa, pero no estaban muy iluminadas. Mark aún no estaba en casa...

Arianne estaba demasiado cansada para moverse después de caminar por todos lados durante el día. Entró tristemente por la puerta principal, se dio una ducha y se acostó en la habitación. Ni siquiera tenía apetito para comer.

Por miedo a que el estómago de Arianne volviera a sentirse mal, Mary llevó su comida a la cama. “Ari, dale un pequeño bocado. No te mueras de hambre. El señor dijo que no volverá esta noche. Deberías descansar después de que hayas terminado de comer".

Arianne se levantó y tomó unas cucharadas de comida antes de que se le revolviera el estómago. Corrió al baño y vomitó la pequeña cantidad de comida que acababa de comer. Cuando se enjuagó la boca frente al espejo, se dio cuenta de que su tez estaba extrañamente pálida.

En la oficina del director ejecutivo en la Torre Tremont.

Mark miró su teléfono durante un buen rato. Cogió su abrigo y luego bajó en ascensor.

Los ojos de Brian eran lo suficientemente agudos como para ver desde el Rolls Royce a Mark saliendo de la entrada de la oficina. Salió apresuradamente del coche y abrió la puerta trasera. “Señor,” saludó.

"De vuelta al Chalet de Tremont". Mark sonaba un poco irritado.