La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 157

La noticia equivalía a decir que había engañado a Mark Tremont sin indicar lo obvio en el título.

Después de leer las noticias, Arianne se guardó tranquilamente el teléfono en el bolsillo. “Bueno, lo he visto ahora. ¿Entonces?”.

La cara de Mark cayó y parecía que estaba a punto de devorar a alguien vivo. “¿Entonces?”. Repitió su pregunta en un tono extremadamente frío.

Arianne le devolvió el encogimiento de hombros. “¿Qué? Me pediste que leyera las noticias y lo hice. ¿Entonces? ¿No dijiste que el niño no es tuyo? Ahora todo el mundo sabe que no es tuyo. ¿No es genial? Al menos ahora no tienes que jugar al papá”.

Mary escuchó las palabras de Arianne cuando llevó un plato a la sala de estar. Estaba tan sorprendida que el plato se le escapó y se rompió abruptamente en el suelo con un ruido fuerte. Mark saltó de su asiento y agarró a Arianne por los hombros. “¡Repítelo!”.

Arianne miró al hombre que tenía delante con una indiferencia sin precedentes en sus ojos. No tenía ninguna duda de que Mark la golpearía porque sabía que lo había enojado con éxito.

Aun así, ahora mismo no tenía miedo. En cambio, estaba extremadamente complacida de saber finalmente cómo se sentía vivir sin preocupaciones.

Al ver la escena, Mary rápidamente se acercó a ellos y se llevó a Mark. “¿Por qué no puede simplemente hablar sin usar la violencia? Señor, usted nunca ha puesto un dedo sobre Ari desde que era joven. ¿Realmente se atrevería a golpearla? Ari solo está hablando enojada, ¿tienes que pelear con ella así?”.

Mark se acomodó la ropa con sus delgadas manos y parecía estar haciendo todo lo posible por reprimir su ira. “Arianne Wynn, me he subestimado. Entonces, ¿quieres desafiarme? ¡Me gustaría ver de lo que eres capaz!”.

Justo cuando la atmósfera alcanzó su clímax, de repente sonó el maullido de un gato, que no encajaba con el estado de ánimo.

Dio un paso adelante y levantó al gato antes de que Mark pudiera estallar. Ven, Bola de Arroz. Es la hora de comer”.

Tan pronto como terminó de decir eso, subió las escaleras con el gato en sus brazos, ignorando por completo el rostro extremadamente amargado de Mark.

Después de dejar al gato en el estudio, Arianne cerró con cuidado la puerta y las ventanas antes de regresar al comedor de la planta baja. Para entonces, la mayoría de los platos se habían servido en la mesa y había algunas amas de llaves limpiando el piso de la sala. Notó que Mark también se había cambiado de ropa. Sabiendo que Mark odiaba a los gatos con todo su corazón, ella fingió no darse cuenta y actuó con indiferencia.

“¡Deshazte de esa cosa!”. Mark se sentó frente a ella y le ordenó con frialdad.