La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1656

A Arianne no le importa lo que piensen los demás, sobre todo porque apenas interactúa con sus colegas en el trabajo. Las únicas dos personas con las que entabló una relación amistosa fueron Sylvain y Robin.

Robin era del tipo que no podía tolerar las malas conversaciones hechas a espaldas del sujeto. Escuchar chismes desagradables sobre Arianne a sus espaldas la había estimulado a tener algunas discusiones con sus compañeros de trabajo en el departamento. Cada vez que contaba el contenido del chisme con justa indignación a Arianne, esta última siempre le mostraba una leve sonrisa. “Está bien, déjalos hablar hasta que se les caiga la boca. No me importa”, dijo. “Deberías dejar de discutir con ellos también. No podemos controlar lo que piensan los demás y estoy muy bien”.

En una lluviosa noche de fin de semana, Arianne se despertó con el sonido de su teléfono sonando incesantemente. Una mirada casual a la pantalla reveló que la persona que llamaba era Mark, pero ella dudó en responder.

Desde el fracaso de un almuerzo, la relación de Arianne y Mark parecía haberse enfriado. Cuando se encontraban en el trabajo, simplemente intercambiaban asentimientos mientras sus ojos se unían por un segundo o dos. No tenían nada que decirse el uno al otro.

Durante meses, los dos ni siquiera se vieron fuera del trabajo. Arianne no tenía comentarios sobre cómo les habían ido las cosas, francamente, porque podía apostar a que Shelly tenía algo que ver con eso. De cualquier manera, si Mark no iba a verla por su propia voluntad, ella tampoco lo haría.

Por eso fue sorprendente recibir su llamada de repente. Y recibirla en medio de la noche en ese...

El tono duró solo un rato antes de, para la inesperada y misteriosa consternación de Arianne, detenerse. De repente, se lamentó por no haber atendido la llamada antes.

Justo cuando todavía estaba debatiendo si debería devolverle la llamada, él volvió a llamar. No hubo vacilación en que ella contestara esta vez. “¿Hola? Es tarde. ¿Qué ocurre?”.

Ella no tenía idea de cuándo los dos estaban de alguna manera en la cama. Ella tenía poco más que hacer que dejar que él le quitara todo lo que había en ella.

Los escalofríos provocados por la tormenta fuera de la ventana complementados con el aumento de la temperatura en el interior extraían de cada aliento caliente. Continuó durante un tiempo imperceptiblemente largo hasta que finalmente se calmaron.

Satisfecho, Mark se durmió profundamente. Mientras tanto, Arianne aún no tenía sueño, así que se acostó junto a él con los dedos trazando suavemente el arco de sus cejas. Su amado estaba físicamente justo enfrente de ella y, al mismo tiempo, estaba tan lejos que bien podría estar en el otro lado del mundo.