La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1666

Ella lo miró con desdén. “¿No es eso lo que quieres? ¿Cuándo no has querido hacerlo cuando vienes aquí? Los hombres son todos animales que usan la mitad inferior de su cuerpo para pensar. Puedo entender eso, así que deja de decir tonterías”.

¿Mark todavía podría hacerlo cuando Arianne ya había hecho un comentario tan insultante? En cambio, él apretó los dientes y la envolvió con fuerza en su manta. “Lo haré si estás dispuesta. De lo contrario, olvídalo. No te forzaré. Tengo mis necesidades, pero puedo reprimirlas, ¿entiendes? Muy bien, duerme un poco. Te acompañaré un rato antes de irme. Mañana… sería mejor si no vas a trabajar. Iré a buscarte después de haber tenido una discusión con el diseñador, así que por favor, sé amable y quédate en casa los próximos dos días. Tómalo como unas vacaciones”.

Arianne luchó mientras sacaba ambas manos de la manta para torcer las orejas de Mark por seguir siendo inflexible en ese asunto. “¡Te lo dije, me niego a que me suspendan! Olvídate de ser criticada por mis otros compañeros a mis espaldas. No tengo miedo incluso si me criticaran frente a mí, así que, ¿por qué querría que me suspendieran? ¡Nunca le he tenido miedo a nadie!”.

Arianne no tiró de la oreja de Mark con mucha fuerza, pero él no estaba acostumbrado a que le tiraran de las orejas, ya que rara vez le hacían eso; las pocas veces que lo hacían, también las hizo Arianne. Él le mordió el labio “ferozmente”. “¡Deja de exagerar, no me controlaré si aún me vas a tirar de las orejas!”.

Los ojos de Arianne se entrecerraron levemente mientras envolvía sus brazos alrededor de su cuello y deliberadamente lo miró seductoramente. “¿Qué vas a hacer al respecto?”.

Mark se sorprendió por un momento cuando su garganta también tragó saliva. Dijo con voz ronca: “Deja de perder el tiempo y duerme un poco. Me iré ahora…”.

Arianne tiró de sus brazos hacia adentro y forzó el cuerpo de Mark sobre el de ella hasta que ambas narices se tocaron. Ella dijo de manera coqueta: “No quiero quedarme en casa. ¿No puedes sentir lástima por esta madre soltera y su hijo que están teniendo dificultades para vivir? ¿Por qué no me dejas ir a la oficina? Podría dejar que Smore viva una vida mejor si pudiera ganarme el salario de un día extra. Por favor…”.