La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1707

Cuando la cena estuvo lista, Mark le dijo con tacto a Smore que fuera a buscar a su madre. Con Smore asumiendo esa misión, él no estaba en lo más mínimo preocupado de que Arianne no quisiera salir.

La realidad le dio la razón. Indefensa contra el exceso de tácticas dulces de Smore, canto infantil, baile, todo lo que hace un niño adorable, Arianne abrió la puerta y salió. Cuando sus ojos se encontraron con la arrogancia y la llamada provocativa de los de él, tomó represalias poniendo los ojos en blanco antes de apartarlo de su vista.

Mary los miró sin decir palabra, y no agregó ningún comentario sobre la situación en su conjunto, excepto una pregunta tentativa: “Parece que no irás a ninguna parte más tarde, ¿eh? Está lloviendo a cántaros”.

Mark asintió. “Tienes razón; estoy atado. Está lloviendo”.

Arianne no iba a creer esa excusa en un millón de años, así que se volteó hacia la ventana y miró con incredulidad, ¡y se dio cuenta de que ellos tenían razón! Por alguna razón, un aguacero se cernía sobre ellos desde que ella ni sabría cuando comenzó. ¿Pero no estaba el clima solo unos minutos antes de esto todo brillante y color melocotón? ¿Qué tipo de coincidencia era esta?

“Condujiste todo el camino hasta aquí, genio. No es que te vayas a mojar”, dijo, inexpresiva. “Solo necesitará caminar unos pocos pasos como máximo; usa un paraguas, por el amor de Dios. ¿No eres el hombre más ocupado del mundo? No quisiera que nosotros, los plebeyos, desperdiciaramos un segundo más de su valioso tiempo, puedes irte después de la cena”.

Mark fingió entender mal su insinuación. “¿Mmm? Oh, no estoy ocupado en absoluto esta noche. No tengo prisa por irme”.

Arianne ya no trató de andarse con rodeos con sus palabras. “Tienes tu espaciosa propiedad de lujo esperándote en casa, ¿no es así? ¡Una miserable choza como esta está demasiado por debajo de tus impecables altos estándares en comparación!”, ella se burló. “Si insistes en no marcharte, diviértete durmiendo en el sofá. Es todo tuyo”.

Mark se volteó hacia Smore. “Oye, hombrecito, esta casa es tuya, ¿no? ¿Te gustaría que tu papá se quedara?”.