La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1733

“¿Dónde estás?”.

Alejandro preguntó al pitido de una llamada terminada.

En lugar de dejar su teléfono, simplemente permaneció en su postura, su mente agitando pensamientos insondables.

Un rato después, finalmente dejó su teléfono antes de colocar con cautela a Melissa en su cama. Quizás algo andaba mal con la forma en que la bajó... de cualquier manera, la sensación de su movimiento era demasiado diferente a la de Melanie, que Melissa se despertó antes de llamar a su mami de nuevo a gritos.

Alejandro había perdido la paciencia. Exasperado, decidió dejar que la niña llorara y chillara al contenido de su corazón hasta que Jett, que la escuchó desde afuera, llamó a la puerta. “¿Sr. Smith? ¿Quiere que lo ayude?”.

Alejandro se sentó en el borde de la cama, derrotado. “Sí, sólo convéncela para que se duerma. Estoy acabado”.

Jett abrió la puerta. Hábilmente levantó a Melissa en sus brazos antes de mecerla suavemente. “Ya, ya. Está bien, no llores... Mami volverá muy pronto”.

Melissa no quiso escuchar. Sabía que su madre no estaba cerca. Peor aún, la noche era el momento en que un niño pequeño se sentía más desventurado e inseguro; la única salida para expresar su angustia era a través de un ataque de llanto.

Eso continuó hasta el amanecer antes de que la niña finalmente se durmiera. Para entonces, había llorado tanto que su voz se había convertido en un graznido.

Alejandro había perdido toda una noche de sueño. Pero aun así descartó cualquier plan para recuperar su sueño perdido, sabiendo muy bien que Melissa se despertaría después de dos horas aproximadamente de sueño, y él tendría que volver a calmarla.

El estado de ánimo de Melissa era mucho menos volátil durante el día, aunque sus labios todavía estaban apretados en un puchero complementando sus ojos llorosos mientras le suplicaba a Alejandro que la llevara con su madre. Pensando que todo lo que la niña necesitaba era una distracción llamativa y emocionante desde el exterior para evitar que se obsesionara con su madre, llevó a Melissa a la oficina.

La comida y los juguetes hicieron que los ojos de Melissa brillaran intensamente, pero fue de corta duración ya que sus ojos se oscurecieron. “¿Dónde está mami?”.

La asistente personal enfrentó la difícil pregunta con un tono persuasivo que no respondió: “Podemos jugar mientras yo voy a buscar a mami, ¿de acuerdo?”.

Por lo menos, a Melissa no se le ocurrió que la ausencia de su madre fuera permanente. Aún abrigando esperanzas por su regreso, comenzó a jugar, aunque no sin lanzar algunas miradas confirmatorias a la puerta de vez en cuando.

De repente, sonó el teléfono del escritorio de Alejandro. El lo recogió. “¿Hola?”.

Era del departamento de mercadeo. “Sr. Smith, descubrí algo extraño. Han pasado dos días, e Industrias West parece haber tenido una extraña… lucha para arrebatar a cada uno de los clientes de los Larks, haciendo que estos últimos perdieran ingresos. Dado que los Larks son, bueno, su gente, pensé que le interesaría este informe”.