La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1822

Tiffany ajustó su postura para poder mirarlo, cara a cara, y mostrar toda la gloria de su sonrisa enamorada.

“¿Cariño, alguna vez tendré suficiente de mirarte? ¡No! ¡Yo nunca! ¡Jamás! ¡Me aburriré de tu hermoso rostro, pastelito! Ves, eres ese precioso estallido de estrellas que he pasado por un montón de tonterías en la vida solo para finalmente encontrar y ser mío; ¿de verdad crees que me voy a negar a mí misma por mirar fijamente a mi esposo, luciendo mald*tamente bien todos los días, hmm? ¡Ja! La gente dice que el matrimonio es la forma de romper el hechizo del amor, pero no para mí. ¡Porque cada día que paso contigo me enamoras aún más locamente! ¡Te amo tanto! Purrrrrrrrr… ”.

Jackson podía ver su piel erizandose en tiempo real mientras ella divagaba. "¿Qué demonios... acaba de pasar? Nunca fuiste tan… vergonzosa en ese entonces, ¿v-verdad? ¿Qué diablos te golpeó en la cabeza y te cambió, nena?”.

De manera aterradora, Tiffany no pareció en absoluto ofendida por su reacción. Aún más aterrador, ella simplemente continuó dándole con una mirada implacable...

Jackson rompió a suplicar: “Ca-cariño, ¿puedes parpadear por favor? O mejor aún, ¡simplemente aparta los ojos de mí y mira ese árbol o algo así! Señor Todopoderoso, no te ofendas, pero estoy recibiendo esa vibra de depredador salvaje que se encuentra con una presa en este momento y no creo que eso sea propicio para conducir... ¡De acuerdo, detente! ¡Estoy en serio, en serio, enloqueciendo! ¡Aparta esos ojos de mí antes de que me orine encima!".

Tiffany se burló tan fuerte como su disgusto se lo permitió y enderezó su postura. "¡Ugh, maldito id*ota que no sabe nada! ¡Bien, supongo que tendré que deleitar mis ojos con la abundancia de chicos atractivos y sensuales cerca de mí en las calles! Por cierto, no trabajarás horas extras esta noche, ¿verdad?".

Jackson sintió un escalofrío por su columna inmediatamente. “¡Oh, Dama Tiffany de Lane, por favor, ten piedad de mi cuerpo! Sabes que estoy muerto de cansancio del trabajo, ¿verdad? Ahora que tengo que alimentar no a uno sino a dos mocosos, necesito trabajar aún más duro todos los días. ¡Estoy tan ocupado que ni siquiera tengo el lujo de pensar en sexo!".