La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 1824

Tiffany de repente se sentó sobre su trasero con sus delgados dedos extendidos cerrándose alrededor del cuello de Jackson. Sus ojos todavía estaban húmedos por las lágrimas, pero el brillo de alguna manera había sido imbuido de un nuevo matiz de seducción. "No te vas a ningún lado esta noche...".

Los ojos de Jackson se oscurecieron levemente. "Mald*ta sea. Mordí tu anzuelo".

Tiffany frunció el ceño. “¡Como si pudiera crear un plan tan bueno como el tuyo! De verdad, ¿no vas a tomar la iniciativa?".

El corazón de Jackson palpitaba. La forma en que su voz sonaba, el tono que usaba y la expresión de su rostro... ¡El juego de seducción de esa mujer era realmente el pináculo de todo!

...

Al día siguiente en el Chalet de Tremont, el regreso de Arianne y Mark fue recibido personalmente por Henry saliendo por la puerta. “Bienvenido a casa, Sr. Tremont y Señora. Tienen un invitado en casa".

Ellos se detuvieron en sus pasos. Ninguno de los dos esperaba compañía ese día, aunque Mark asintió. "Mm, entendido".

Entraron en la sala de estar, donde Arianne vio instantáneamente una figura familiar sentada en el sofá; una presencia que la detuvo en seco.

Helen sacó una hoja de papel y un bolígrafo y comenzó a redactar el pagaré. “Arianne, me malinterpretas. No creo en absoluto que escribir un pagaré sea innecesario. Podría ser tu idea o la de Mark, no importa, tiene sentido crear una y no me opongo. Realmente, no es necesario que le pongas tanto énfasis. Solo estoy aquí por respeto. ¿Ha quedado claro?".

Arianne se burló. "¿Respeto? ¿Me has respetado alguna vez a lo largo de mi vida? No. Ahora, no voy a hablar de todas esas cosas que sucedieron en el pasado, pero eso es solo porque a estas alturas, no hay nada de qué hablar entre nosotras. Por supuesto, rezo para que Aery pueda despertar de su coma y todo, ya que para ti, ella siempre ha sido tu única hija, ¿cierto? Con ella despierta, ya no tendrás que perder el tiempo recordando a alguien tan poco importante e irrelevante como yo".

La mano para escribir de Helen temblaba visiblemente mientras escuchaba la diatriba de Arianne, pero se obligó a completar el pagaré antes de pasárselo a Mark. "He firmado mi nombre en ello. Échale un vistazo; Si no hay ningún error de nota, firma el tuyo también. En cualquier caso, ¿Arianne? Yo… yo sé que he hecho mucho mal contra ti. Esperaba que nuestra reunión fuera así también. Me he hundido tan bajo en el nadir que no tengo más remedio que pedirles dinero a ustedes dos, ¿ves? No ha quedado ni una pizca de mi dignidad. Y entonces... ya no importa lo que pienses de mí, o cómo me veas".

“'No importa, no importa', ¡nunca importó! Este es el único sentimiento que tienes cuando me concierne, ¡nunca importa!". Arianne replicó con fuerza. "¿No se supone que debes desaparecer de mi vida para siempre después de llevarte a Aery, eh? ¿Sabes, de la misma manera que lo hiciste cuando me abandonaste sin ni siquiera un mínimo de arrepentimiento o preocupación? Debiste haber vivido desde entonces, ¿por qué no lo estás? ¿Qué es todo este estúpido y patético estado de 'ay de mí' que se supone que debe invocar, eh? ¡¿No eres tú quien siempre se regodea de sus capacidades y talentos?!".