La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 224

Eric estaba intrigado cuando notó que Mark lo estaba alcanzando. Ambos comenzaron a correr uno contra el otro hasta que se separaron en una intersección. Incluso entonces, Mark no se detuvo. El corazón de Arianne latía locamente mientras ella se aferraba al cinturón de seguridad como si su vida dependiera de ello. "¿Qué estás haciendo? Estoy asustada…! El camino es bastante oscuro y resbaladizo, ¿puedes ir más lento?".

Mark pisó el freno justo cuando el carro llegaba a la zona residencial de lujo. No había muchos carros en esta carretera a esta hora y ningún policía emitiría multas aquí. Arianne se dio unas palmaditas en el pecho durante un largo rato para calmarse. “¿Por qué decidiste venir a recogerme? Puedo volver yo sola…".

“¿Volver tú sola? ¿Te refieres a conseguir que Eric te lleve a casa?”. Había celos en su tono.

“Normalmente tomo un taxi sola. Eric solo me lleva los días que trabajo horas extras. ¿Qué hay de malo con eso? Puedes decirme directamente si te he molestado de alguna manera. No uses un método tan extremo para asustarme. Fue realmente peligroso...”. Arianne se sentía bastante resentida por su comportamiento en ese momento.

"No tienes permitido sonreírle a otros hombres". Cuando Mark dijo esto, su rostro se volvió hacia la ventana del carro.

Arianne, incapaz de ver su expresión, estaba desconcertada. “Yo... ¿no puedo sonreírle ni siquiera a Eric? ¿No es tu amigo? No solo eso, él es mi jefe. ¿Se supone que debo darle una cara de amargura?”.

Mark no respondió, pero ella podía notar que él estaba tratando de contenerse por la manera en que su pecho se movía. Ella conocía cada una de sus acciones. Era tarde en la noche y el área alrededor era oscura y tranquila. No podía evitar sentirse un poco asustada. "Bien, bien. Lo tendré en mente. Volvamos, ¿por qué detuviste tu carro aquí?".

Mark de repente volvió la cara para mirarla. Como estaba oscuro, Arianne no podía ver claramente la expresión de su rostro. Todo lo que podía sentir era su mirada ardiente. En solo unos segundos, los latidos de su corazón se aceleraron nuevamente. Incluso si él no decía nada, su rostro comenzaba a arder e inconscientemente bajó la cabeza.

En poco tiempo, el carro regresó al Chalet de Tremont.

Después de salir del carro, Mark tomó la mano de Arianne y la llevó arriba, ignorando incluso los saludos de Nina.