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Mark no dijo nada, pero al ver la insistencia en sus ojos, Arianne no insistió.
De camino al hospital, no pudo evitar preguntar: “¿Cuántos hermanos hay en la familia de Eric? ¿Por qué han llegado a este grado?”.
Mark se tiró de la corbata. “Una hermana mayor y dos hermanos mayores. Él es el más joven de la familia... nació de la tercera esposa de su padre. Tiene una madre diferente a la de sus hermanos mayores. Es complicado. Su viejo realmente no lo tiene en alta estima. Sinceramente, no es culpa de Eric. Si fuera yo, habría hecho algo mucho peor que él”.
Arianne también pensó que las cosas no habrían terminado ahí si Mark estuviera en su lugar.
Al llegar al hospital, el médico retiró las púas en la palma de Arianne. Cuando vio su palma ensangrentada, se dio cuenta de la fuerza que debió haber usado. Después de que le trataran y le vendaron la palma de la mano, Mark frunció el ceño mientras miraba su mano. “No vuelvas a la oficina más tarde. Te llevaré a casa”.
Arianne se mostró reacia. “Estoy bien. Todavía tengo tareas sin terminar y necesito trabajar horas extras esta noche. ¿Cómo no podría volver a trabajar? La herida no afectará mi trabajo”.
Mark ignoró su opinión y la arrastró al coche para llevarla al Chalet de Tremont. Había pensado en volver a la oficina después de que Mark se fuera, pero él no planeaba salir. Aunque estaba ocupado trabajando frente a su computadora portátil, Arianne no se atrevió a escapar ante sus narices.
Ya eran las tres de la tarde cuando Nina salió de su dormitorio bostezando. “¿Por qué están en casa tan temprano?”.
Arianne parecía estar ahí a regañadientes con Bola de Arroz en sus brazos. “No quería... Algo pasó en la oficina”.
Nina asintió y se cambió. “Voy a ver cómo está mi casa. Probablemente me mudaré en dos días. Arianne, ven a pasar el rato conmigo cuando estés libre. Planeo quedarme ahí por un año; es bastante aburrido estar sola”.
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