La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 273

En ese mismo momento, ella se dio cuenta de que Mark se había vuelto importante para ella como un miembro de la familia. Siempre que él estaba cerca, la mansión Tremont cobraba vida. A ella no le gustaba volver a una casa sin vida. Esto hizo que su día ya agotador fuera aún más fatigante.

Bola de Arroz maulló y saltó a sus brazos. Ella sonrió y lo cargó arriba. "Voy arriba para ducharme y dormir. Últimamente he estado muy ocupada. Lamento no haber podido cuidar de ti".

Bola de Arroz le respondió, aparentemente con simpatía y gimió lastimosamente.

Para cuando ella salió de la ducha, Bola de Arroz ya se había quedado dormido en la manta en la esquina de la cama. No pudo soportar despertarlo, así que lo dejó quedarse. Ella se deslizó suavemente en la manta y se durmió.

Después de que pasó un tiempo, ella se despertó de sus sueños con el grito repentino de Bola de Arroz. Ella encendió las luces en un pánico. Tanto Mark como Bola de Arroz estaban claramente sorprendidos por esto.

Bola de Arroz se hundió en los pies de la cama y abrió los ojos miserablemente.

Mark se apoyó contra la puerta de la habitación, impasible. ¿Quién sabía lo que él había experimentado? Él había regresado después de un largo día de trabajo. Después de ducharse, él esperaba con ansias ir a dormir como merecía. Sin embargo, justo cuando él se acostaba en la cama y estiraba las piernas, él terminó pateando el cuerpecito redondo de Bola de Arroz. Él había nacido sensible a los animales peludos. Hizo una pausa instintiva después de que sus piernas se estremecieron. Entonces, él se fue hacia la puerta, más rápido que a la velocidad de la luz.

Al darse cuenta de lo que había sucedido, Arianne se disculpó levemente y rápidamente llevó a Bola de Arroz abajo. Cuando ella regresó a la habitación, Mark estaba sentado al lado de la cama con la cabeza baja, luciendo solitario. Ella dio un paso adelante y dijo suavemente: “Estaba demasiado agotada cuando llegué a casa y dejé que Bola de Arroz durmiera en la cama. Está bien ahora. Vete a dormir…".

Mark se relajó de inmediato. Levantó la manta y se acostó. "No dejes entrar a ese gato gordo mientras duermo. Si lo vuelvo a ver, lo convertiré en sopa".