La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 313

Arianne estaba preocupada y le decía: “Tiffie, sé honesta conmigo. ¿Cómo van las cosas entre Jackson y tú? No puedes darte por vencida solo por dinero. Está bien si realmente se gustan y planean casarse, pero si solo estás jugando por dinero, ropa o autos, no lo hagas. Me temo que podrías terminar sufriendo. Sé que no lo estoy pensando demasiado; ¡ningún hombre te traería el almuerzo y un carro sin una buena razón!".

Tiffany se estaba volviendo loca. Tenía miedo de revelar que Mark se había enterado de su embarazo y ciertamente ella no quería revelar que fue Mark quien le dio este carro. Además, sospechaba que Lillian era la que estaba detrás de todo esto... Temía no poder mantener la farsa si Arianne hacía más preguntas. Ella no era una chica que pudiera guardar secretos, entonces, ¿por qué ellos tenían que ponerla en esta posición?

"Realmente no es lo que piensas, Ari", ella respondió nerviosamente: "Para de preguntar".

Arianne tenía la impresión de que ella no quería hablar de eso. Después de todo, era una pregunta personal, por lo que no preguntó más: "Está bien, dejaré de interrogarte. Ya no eres una niña, sabes qué hacer. Solo ten en cuenta que siempre estaré aquí para ti, así que si necesitas algo, dímelo".

Tiffany estaba muy cerca de las lágrimas. Claramente, esto no era asunto suyo... Ella no tenía nada que ver con esto... ¡Era asfixiante para ella, estar aplastada en el medio así!

Lillian finalmente regresó a casa a la medianoche, después de muchas rondas de mahjong. Ella pensó que Tiffany se había ido a la cama hacía mucho, por lo que no planeaba encender las luces. Para su sorpresa, las luces se encendieron solas. Ella saltó del susto, levantó la mirada y encontró a Tiffany parada en la puerta de su habitación, mirándola.

"¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás tratando de matarme de un susto en medio de la noche en lugar de dormir?". Lillian preguntó, actuando arrogante.

"Pon tu trasero aquí", Tiffany estaba extremadamente cansada en este punto. Estaba furiosa, por lo que su elección de palabras dejaba mucho que desear.

Tiffany se rió a pesar de su rabia: “Entonces, ¿cómo conseguiste esas joyas? ¿No te los compró papá? La familia estaba en problemas, papá estaba enfermo. Por supuesto, tuvimos que vender cualquier cosa que valiera algo para nosotros. ¿No deberíamos haberlo hecho? Actúas como si el mundo entero te debiera algo. ¿Por qué no aprovechar tu rostro de aspecto juvenil casi sin arrugas y encuentras un nuevo hogar?".

¡Zas!

Una bofetada distintiva golpeó a Tiffany justo en la cara. Lillian la miró con lágrimas en los ojos: “¡Cómo te atreves! Amo el dinero, amo todo lo que la mayoría de las mujeres aman, pero también amaba a tu padre. Me niego a casarme con nadie más, aunque él se haya ido. ¿Cómo te atreves a decir esas cosas? ¿Qué tipo de persona crees que soy? ¡No eres hija mía! Sí, tomé el dinero de Mark. ¿Y qué?".