La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 317

Mark apretó los dientes. Nunca pensó en las razones de Arianne para mudarse del Chalet de Tremont. Habían pasado más de diez años, mucho tiempo, y nunca había abandonado el Chalet de Tremont. Pero ahora, ella se estaba yendo de repente. Anteriormente, no podía molestarse en averiguar por qué, y nunca trató seriamente de que se quedara. Finalmente lo entendió después de escuchar el recordatorio de Aery. ¿Realmente se mudó en represalia hacia él por Will?

Los ojos de Aery brillaron con una sonrisa victoriosa cuando vio la mirada cada vez más complicada en su rostro. “Está bien, Mark. No pienses en cosas tan tristes. Prueba los postres que te he traído. Son deliciosos. Me encantan los postres de esta tienda desde que era niña. Me quedaré aquí y esperaré a que salgas del trabajo, luego iremos a comer juntos, ¿de acuerdo?”.

Mark no rechazó el postre que Aery le había puesto en la boca. Sin embargo, ese postre que debería haber sido dulce, le pareció insípido en su boca, como si masticara cera.

Helen y Jean Kinsey salieron de la oficina de asuntos civiles, uno caminando detrás del otro.

“¿Es esto... realmente el final para nosotros?”. Jean estaba incrédulo. Habían pasado la mitad de sus vidas juntos y ahora de repente se estaban separando. Nunca pensó que Helen, cuyo mundo solía girar a su alrededor, iniciaría su separación. Pensó que ella había usado la palabra "divorcio" por ira. No esperaba que resultara real.

“Los papeles oficiales del divorcio ya están en tus manos. ¿Qué piensas? Jean Kinsey, creo que mi vida realmente se ha desmoronado en tus manos. Mi mayor error fue seguirte sin pensarlo dos veces. He hecho daño a Arianne y Zachary de muchas formas. Tú, en cambio, nunca estás satisfecho, no importa cuánto te dé. ¡Eres un pedazo de basura inútil!”. Luego, Helen inmediatamente se subió a su auto deportivo y se fue. De repente se sintió más aliviada. Esta fue probablemente la única buena decisión que había tomado en su vida.

Aery pareció un poco molesta cuando recibió una llamada de Jean. No había sido fácil para ella pasar un tiempo a solas con Mark. Ciertamente no quería que otras personas lo estropearan, ni siquiera su propio padre. Cuando se enteró de que Helen y Jean se habían divorciado, quedó asombrada. Sin embargo, esa fue la única emoción que sintió, no tristeza. Consciente de que Mark estaba cerca, intencionalmente puso una cara triste y comenzó a llorar. “Entiendo... intentaré persuadir a mi madre”.

Ella hábilmente comenzó a sollozar para irritar a Mark y que le preguntara: “¿Qué pasa?”.

Aery colgó el teléfono y lloró. “Mi mamá y mi papá se divorciaron… Es demasiado repentino. Me acabo de enterar de esto. Mark, duele...”.

El divorcio no significaba nada para Mark, quien había perdido a sus padres a una edad temprana. “¿Y qué si se divorciaron? Es bastante normal divorciarse a esa edad en estos días. No es una gran noticia. Deberías ir a casa. Tengo trabajo que hacer”.

Aery se secó las lágrimas de los ojos y lloriqueó con lástima: “No quiero irme a casa… Estoy segura de que no hay nadie en casa en un momento como este. No habrá nadie alrededor, es demasiado silencioso. No te molestaré, por favor no me eches...”.