La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 323

Mirando su frente decidida mientras cargaba a Bola de Arroz, Mark sintió una mezcla de emociones. Parecía que él era el único con el que ella no tenía corazón. Ella incluso podría atesorar tanto a un gato...

Arianne no se atrevía a entrar en su coche, sabiendo que tenía fobia a los gérmenes y le preocupaba que el pelo de Bola de Arroz se cayera en el coche. “En realidad, no tenías que apresurarte aquí... La intravenosa de hoy está hecha, es solo que no puedo darle sola el medicamento en casa... Tiene que regresar mañana para la intravenosa todavía”.

Mark saltó del automóvil y agarró el transportador para mascotas que contenía Bola de Arroz antes de arrojarlo al vehículo. “No tengo tiempo para tus tonterías. Entra”.

Arianne estaba sorprendida, preocupada de que algo le pasara a Bola de Arroz por el manejo brusco, pero no se atrevió a discutir con él. El clima era cálido y seco, lo que inevitablemente hacía que uno perdiera el temperamento rápidamente. Una persona como él se irritaba fácilmente.

De regreso al apartamento, Mark se quitó la chaqueta del traje y la tiró en el sofá justo cuando entró antes de arremangarse. “Vamos”.

Sin atreverse a ser lenta, Arianne sacó la medicación de Bola de Arroz. “Uh... O le agarro las piernas a Bola de Arroz y tú le das la medicina, o al revés...”.

Mark miró al gato sin vida y decidió cambiar. Cuando entró en contacto con el gato, fue como si Bola de Arroz se diera cuenta de lo que estaba a punto de suceder, ya que saltó y se escurrió debajo del sofá.

Arianne lo aplacó pacientemente, pero Bola de Arroz no lo estaba permitiendo. Ya que estaba embarazada, no se atrevió a agacharse por mucho tiempo y solo pudo calmar al gato mientras se inclinaba, agarrándose al sofá. Mark estaba de pie en diagonal a ella y pudo ver su escote abierto cuando Arianne se inclinó. Un pensamiento cruzó por su mente, parecían haber crecido un poco más...

En seguida Mark pensó que los demás veían lo que él mientras ella se inclinaba, estaba enfadado. “¿Puedes tomar nota de lo que llevas puesto?”.

Confundida sobre a qué se refería, Arianne se volteó para mirarlo. “¿Qué?”.

Mark, sin palabras, le hizo un gesto para que se apartara y movió el sofá. Cuando Bola de Arroz quedó expuesto, rápidamente lo agarró.

Arianne todavía estaba reflexionando sobre sus palabras y subconscientemente miró su cuello, sonrojándose de una vez...

El proceso de alimentar a un gato su medicamento era una tortura. Bola de Arroz lloraba y chillaba sin cesar como si lo estuvieran alimentando con veneno. Tanto Arianne como Mark estaban cubiertos de sudor por la labor. Sabiendo lo particular que era Mark con su entorno, Arianne se sintió mal. “Uh… no suelo quedarme en la sala, así que no es necesario gastar en aire acondicionado. Si tienes calor, puedes ir al dormitorio por el aire acondicionado”.

Mark dejó Bola de Arroz y fue al dormitorio sin decir una palabra. En el momento en que se liberó la brisa fresca, también exhaló un largo suspiro. El clima caluroso era mortal.

Después de satisfacer las necesidades de Bola de Arroz, Arianne le preparó una taza de té negro. “Ya no hace calor”.

Cuando terminó de ducharse, Arianne fingió estar dormida, pero afinó el oído para prestar atención a los movimientos de Mark. Se había movido por el dormitorio y salió. Curiosa, Arianne se levantó para comprobarlo. Fue una sorpresa cuando vio que Mark se fue a dormir en el sofá voluntariamente. Lo que la asombró aún más fue que Bola de Arroz y su cama también se movieron a un lado del sofá. Iba a dormir con la vista puesta en Bola de Arroz...

“El propósito de que yo duerma en el sofá es que descanses bien, no que te preocupes por nada. Es solo un gato, puedo manejarlo”. Mark se quedó quieto en el sofá después de hablar y acomodarse en el sofá.

Arianne sintió una oleada de emociones. Si él no hubiera ayudado a revisar a Bola de Arroz, ella tendría que despertarse varias veces durante la noche para ver cómo estaba el gato. Esto era lo que el veterinario le había dicho que hiciera de todos modos. Él despreciaba tanto a los animales peludos, ¿cómo podía saberlo?

De la nada, ella recordó lo que él había dicho el otro día.

“Te amaba, pero eso ya es pasado”.

Hasta ahora, Arianne todavía no podía creer lo que había dicho. Ella siempre había pensado que él desdeñaba la palabra ‘amor’. De hecho, ella no lo conocía lo suficientemente bien. A pesar de pasar tantos años juntos, no lo conocía en lo más mínimo. Lo que había pensado que sabía de él era solo su confianza unilateral. Al igual que ella pensaba que él no sabría cuidar a los animales pequeños cuando los odiaba y era extremadamente intolerante con ellos; era todo lo contrario.

Parecía que ella, sin saberlo, había defraudado al hombre al que todas las mujeres no podían soportar ver de esa manera. Ella lo había estado decepcionando todo el tiempo...