La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 409

Mark le dio una gran calada a su cigarrillo antes de apagarlo inmediatamente. "Está... está bien... Hazme té, hazlo más rico...". ¿Alguien podría decirle por qué el sabor extraño todavía persistía en su boca? Incluso los cigarrillos no pudieron deshacerse del sabor. Con suerte, el té podría eliminarlo.

Después de que Arianne subió las escaleras y le entregó el té negro a Mark, él lo sopló descuidadamente antes de beber un gran trago. No fue una movida inteligente. Nunca olvidaría cómo sabía la combinación del té y el sabor extraño de su boca. Él no cenó esa noche ya que tuvo que ir al baño un total de dieciocho veces. No pudo soportarlo y finalmente fue al hospital temprano a la mañana siguiente.

Arianne, quien había estado ocupada toda la tarde, durmió profundamente, sin darse cuenta de la tortura que sufría Mark. Solo notó que se levantaba de la cama con frecuencia durante la noche. Cuando no lo vio a la mañana siguiente durante el desayuno, ella pensó que él se había ido a la oficina.

Sin embargo, Mary la regañó: “El señor ha sido hospitalizado por tu culpa. El estómago de Henry y el mío están hechos de hierro, así que estamos bien. Tendremos que analizar tu comida en busca de veneno la próxima vez. ¡Por favor, no vuelvas a hacerle cosas tan dañinas al señor!".

Un signo de interrogación apareció en la mente de Arianne. “Me preguntaba por qué él seguía despertándose anoche… ¿Es tan serio? ¿No están ustedes bien? Iré a ver cómo él está más tarde”.

Mary le dio un pan y la empujó hacia la puerta. “Henry te está esperando afuera. ¡Ve ahora! Todo lo que piensas es en comer, ¿cómo puedes tener todavía ganas de comer?".

Cuando Arianne salió, masticando su pan, pensó para sí misma que no eso podía ser tan grave. Después de todo, ella había probado lo que había hecho y estaba bien. ¿Qué tan malo podría ser para Mark?

Sin embargo, tan pronto como llegó al hospital y vio a Mark, se dio cuenta de que Mary no había estado exagerando. Había pasado mucho tiempo desde que lo había visto con ese aspecto. Solo había sido una noche, pero se veía peor por el desgaste. Había una aguja de goteo insertada en el dorso de su mano, el moretón se veía marcado contra su piel clara. ¿Qué le pasó exactamente?

"Lo siento... no lo hice a propósito...". Arianne agarró el dobladillo de su ropa y se miró los pies como una niña que había hecho algo malo.

Mark suspiró. "Prométeme que no abrirás una tienda de postres. No, no comiences ningún negocio relacionado con la comida. Te apoyaré en cualquier otra cosa que hagas, estoy bien...".

Arianne no creía que estuviera bien. Incluso hablar parecía que lo agotaba. Sin embargo, ella siempre había sido terca, no era de las que se rinden fácilmente. “Recién comencé a aprender. Haré lo mejor. Lo dominaré, créeme”.

El corazón de Mark dio un vuelco. "Vete... Estaré bien después del goteo y me dirigiré a la oficina después de eso. Ve a atender lo que tengas que hacer”.