La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 445

Cuando Maria aceptó este trabajo, ya sabía que no sería sencillo, así que estaba preparada mentalmente para ello desde el principio. Inmediatamente comenzó a limpiar la casa.

Ethan sabía que él también debería irse. No esperaba que rastrearan este lugar tan pronto, por lo que no podía llevarse a Tiffany con él. Aun así, quizás ambos necesitaban un tiempo separados para aliviar la tensión entre ellos.

Fue al dormitorio y vaciló un momento en la puerta antes de empujarla para abrirla. Tiffany parecía estar dormida dentro del dormitorio, pero en realidad no lo estaba. Un truco tan insignificante no lo iba a engañar. Sabía que ella simplemente no quería enfrentarse a él. Aun así, no la expuso. Ethan fue a la cama y susurró: "Tengo el video, creo que sabes lo que debes o no debes hacer cuando te vayas de aquí". Después de decir eso, la miró profundamente, luego se dio la vuelta y cerró la puerta.

Maria limpió todos los puntos que posiblemente pudieran tener huellas dactilares y eliminó todos los mechones de cabello de la casa. Cuando terminó de limpiar, estaba jadeando pesadamente por el agotamiento. "Señor, he terminado de limpiar. Podemos irnos ahora".

Ethan respiró hondo, "Vamos".

Para cuando Jackson llegó con sus hombres, la Villa de Montaña Arroyo Llanoroso estaba en un silencio total. Sólo la habitación en la que Tiffany se quedó estaba tenuemente iluminada.

Cuando Tiffany escuchó los caóticos pasos, su primera reacción fue encogerse de miedo al pie de la cama. Cuando logró identificar a la persona que acababa de irrumpir en la habitación, se quedó atónita antes de que su visión se volviera borrosa por las lágrimas. "Jackson ... viniste ..." Sólo ahora entendió la advertencia de Ethan. Ethan sabía que Jackson vendría y ella sería liberada de su cautiverio.

Jackson de repente se quedó sin palabras. Solo habían pasado dos días desde que se vieron, pero parecía haber perdido mucho peso. Su rostro estaba terriblemente pálido y los moretones aún estaban frescos en su cuerpo. Solo Dios sabía lo que le había pasado.

Después de un momento de silencio, finalmente habló. "Estoy aquí para llevarte a casa".

Ella asintió y finalmente reunió el coraje para levantarse y arrojarse a sus brazos. Incluso si odiaba el toque de todos los hombres del mundo, él era el único que no la aterrorizaría. Un hombre con el que había compartido la cama tantas veces sin hacerle nada nunca la trataría de esa manera.

Jackson no la envió a casa de inmediato. En el coche, solo preguntó con cautela, "¿Necesitas ... ser examinada en el hospital?"