La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 713

La respiración de Mark pareció detenerse por un segundo antes de que se tambaleara, sus labios se cerraron sobre los de ella.

Arianne le dio la bienvenida. Sus dedos cambiaron de posición y hábilmente se entrelazaron alrededor de su cuello.

Cuando sus respiraciones comenzaron a acelerarse, Mark se detuvo y la liberó de su agarre. “Sé que Tiffany todavía está esperando tu compañía, así que ve. Estoy satisfecho con esto”.

Arianne bajó la cabeza con una suave risa. “Está bien. Buenas noches”.

Ella siempre había sabido las artimañas para hacerse querer por él, o exactamente qué hacer para complacerlo. En el pasado, su objetivo era congraciarse con él. Pero ahora, estas pequeñas cosas se habían convertido en auténticos condimentos en una relación.

Después de todo, un vínculo genuino entre dos personas requería que ambas partes estuvieran complacidas y estuvieran dispuestas a practicar el cariño.

Tiffany pasó su fin de semana encerrada con Arianne en el Chalet de Tremont. Después de días de mal tiempo, el cielo finalmente se volvió azul hoy.

Desafortunadamente, una tormenta de nieve se agitaba en el pecho de Tiffany. Esta sería la primera vez que la riña entre ella y Jackson había llegado al punto de la total disparidad y desconexión entre ellos. Tiffany había pasado de tener la esperanza de que él la contactara de forma proactiva, a sentirse decepcionada por su falta de acción, a sentirse consternada y, finalmente, a una larga y dura reflexión. Seguramente, todo esto no parecía lo suficientemente grave como para justificar la rabieta de Jackson, ¿verdad?

Cuanto más pensaba en ello, más sospechaba de las locuras de Lynn. ¿Qué le dijo exactamente la mujer a Jackson que provocó un resentimiento tan exagerado? Todo lo que hizo Tiffany fue tener una comida inocua con un hombre.

Tiffany estaba perdiendo la poca compostura que le quedaba el domingo por la noche. Mañana iría a trabajar, lo que significaba que lo iba a ver. Con el temperamento de Tiffany, esta reunión estaba destinada a ser un conflicto a la espera de suceder, pero no era como si pudiera faltar al trabajo por esto. Había una línea entre el trabajo y los asuntos privados que todos debían observar.

Arianne pensó por un momento antes de preguntar tentativamente: “¿Quieres que lo llame por ti?”.

La primera reacción de Tiffany fue declinar obstinadamente, pero su ansiedad y angustia estaban a punto de estallar. “¿Sabes que? ¡Sí! Pero, por supuesto, no puedes decirle que fui yo quien te pidió que lo llamaras. Todo lo que necesito es una confirmación de que está en casa y que no va a salir por ahí. Solo ayúdame a confirmar lo que hará”.

Arianne sacó su teléfono y marcó el número de Jackson. La espera fue inquietantemente larga, pero, por desgracia, la llamada se conectó. Desde el otro lado llegó la voz bastante jadeante y exhausta de Jackson: “¿Sí…?”.

Las mujeres intercambiaron una mirada antes de que Arianne preguntara cuidadosamente: “Jackson, ¿dónde estás?”.