La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 720

Mark no pudo evitar sonreír cuando vio la expresión de su rostro. “Entonces nos marcharemos. Gracias doctor”.

El rostro acalorado de Arianne volvió lentamente a la normalidad. El médico ni siquiera necesitaba mencionar el sexo, ella era muy consciente de ello. Mencionarlo en voz alta solo lo hacía más vergonzoso…

“¿Por qué te sonrojaste?”, Mark preguntó, burlándose de ella a propósito.

Ella miró por la ventana, fingiendo como si nada hubiera pasado. “No lo hice. El hospital estaba caliente, así que me sentía acalorada por todas estas capas adicionales. ¿Qué hay de malo con eso?”.

Debido al tedioso viaje al hospital en medio de la noche, Mark se despertó más tarde de lo habitual a la mañana siguiente. Para cuando llegó a la oficina, eran casi las diez de la mañana. Acababa de salir del ascensor cuando su secretario, Davy, lo saludó y dijo: “Sr. Tremont, la Señorita Cameran está aquí para verlo”.

Señorita Cameran, ¿quién más podría ser excepto Helen?

Mark no se sorprendió. Esta no era la primera vez que Helen venía a verlo a espaldas de Arianne. “Entendido”.

Cuando entró en la oficina, Helen estaba mirando las revistas de moda en la mesa de café. Se levantó cuando lo vio entrar y sonrió. ”Mark, llegaste bastante tarde”.

Levantó la mano y le hizo un gesto para que se sentara. “¿Puedo ayudarte?”.

Helen estaba a punto de entrar en su coche después de salir de la oficina de Mark, cuando Aery corrió hacia ella y casi la derriba. “¿Fuiste a visitar a Mark?”.

Helen frunció el ceño. “Eso no es de tu incumbencia”.

La expresión del rostro de Aery pareció deformarse. “¿No es de mi incumbencia? ¿Qué quieres decir? Si no hubieras dado a luz a Arianne, ¡Mark habría sido mío! Has ido a ver a Mark por Arianne, ¿no? Ni siquiera la vas a ver tú misma, pero sigues pensando en ella. ¿Cuánto más te podrás rebajar? Tú eres quien la abandonó en primer lugar y ahora no dejarás de pensar en ella. ¡Eres tan falsa!”.

“¿Por cuánto tiempo vas a estar así?”, Helen preguntó con una cara seria. “¿No te han enseñado suficientes lecciones? No te saqué de la cárcel para que causaras aún más problemas. Será mejor que te portes bien a partir de ahora o romperé los lazos contigo. Me las arreglé para abandonar mi antigua vida y huir con Jean Kinsey antes. Siempre puedo hacer lo mismo y abandonarte por el bien de mi propia libertad también. ¿Me entiendes? No creas que puedes aferrarte a mí solo porque te traje a este mundo. ¡Nadie en este planeta podrá detenerme jamás!”.