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Cuando pensó en Jackson, lo negó inconscientemente. "¡No, no lo hago! Iré a comer contigo. Pero déjame ser franca contigo, la factura corre por tu cuenta. Solo soy una empleada normal que trabaja duro; Soy bastante pobre. El alquiler mensual también es bastante caro...".
Alejandro sonrió. "Entra en el coche".
Tanya no conocía a Alejandro, lo que la hacía parecer ansiosa y reservada. Tiffany le pidió que se sentara en el asiento trasero, donde estaba sentado Alejandro, por lo que se sintió muy incómoda.
Por otro lado, Tiffany se sentó en el asiento del pasajero junto al conductor. El conductor era Jett. Ella lo había visto un par de veces, así que lo saludó casualmente. "¡Hola! Nos encontramos de nuevo”.
Jett le sonrió cortésmente antes de volver su atención a la carretera. Empezó a conducir el coche.
Alejandro no era una persona habladora, y ahora también se podía decir lo mismo de los demás. Por lo tanto, estaba bastante tranquilo en el coche. Por fin, Tiffany planteó una duda. “¿Adónde nos dirigimos para nuestra comida? Permítame ser franca con usted, me gusta recompensar la amabilidad de la gente. No siempre puedo dejar que me invites a comer. También necesito invitarte a comer. Por lo tanto, será mejor que no me lleves a un restaurante elegante y pidas comida cara, porque es posible que no pueda invitarte a un tipo de comida similar la próxima vez. No me gusta la idea de estar en contacto con personas ricas como tú, ya que pertenecemos a mundos diferentes. Nuestro estado financiero es muy diferente".
Alejandro sonrió levemente y dijo: “A los ricos nunca les importan esas cosas. Tampoco tienes que preocuparte por eso. Sabrás adónde vamos más tarde, ya que es posible que hayas ido allí con bastante frecuencia".
De hecho, era cierto. Pronto, Tiffany supo dónde estaba su destino. Era el Café Bahía Agua Blanca.
Cuando el camino se volvió familiar para ella a medida que se acercaban al café, comenzó a sentirse molesta sin saberlo. “Alejandro, ¿lo hiciste a propósito? ¿Por qué me traes aquí?”.
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