La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 799

Tanya frunció el ceño. “¿Qué hiciste…? ¿Qué hiciste mientras estaba borracha? Siempre pensé que eras un local en la capital, ¿pero no lo eres? Mira, lo entiendo. Quieres triunfar. Yo también quiero, quiero echar raíces en esta ciudad y crecer. ¡Pero también sé que primero debes mantener los pies en el suelo si quieres echar raíces! Independientemente de lo que estés planeando ahora, ¡solo te arruinarás!”.

"Ya eres una historia de éxito para mí, Beckett. Tienes un coche, una casa y un trabajo bien remunerado. Eres inteligente, conocedor, ¡educado! Tienes todos estos, así que ¿por qué sigues haciendo esto?".

"¡Eso es toda una ilusión! ¡Esa casa es alquilada! ¡Este coche fue comprado a través de un préstamo! Y mi trabajo puede ser muy bien remunerado, ¡pero diez años aún no serán suficientes para cubrir un simple pago inicial en esta ciudad!". Beckett echaba humo, apretando los dientes. “¡No puedo ver mi futuro y lo odio! ¡Odio no saber cuándo mi vida finalmente cambiará! Pero luego estás tú... ¡Eres un boleto dado por Dios para salir de esto, y no te dejaré ir! ¿No sabes que a esta apestosa ciudad no le faltan idiotas como yo, que no están ni mejor ni peor? ¡¿De qué otra manera voy a estar por encima del resto de esta enorme multitud, eh?!".

La desolación comenzó a teñir el rostro de Tanya. “Tú… nunca te agrade, ¿verdad? No me sacaste a una cita porque te agradara. Y no te vas a disculpar con Tiffany tampoco, ¿verdad?”.

La respuesta de Beckett fue inmediata e inquebrantable. “¡Diablos, no! Oh, sé lo que sientes por mí, pero la mujer que estoy buscando no es una idiota ingenua como tú. No, tiene que ser una nativa de la capital, porque solo entonces podré asimilarme verdaderamente a esta sociedad y convertirme en miembro de esta ciudad de élite. Y en ninguna parte del infierno me disculparé con Tiffany Lane. De hecho, ¡quiero que ella admita que es la imitadora!".

El agarre de Tanya en la botella de agua se apretó. Hirviendo, salpicó toda el agua restante directamente sobre la cara de Beckett. “¡Tú… bastardo! No importa cuánto te admiraba, bueno... ¡ya no existe! Eres... ¡No vales nada para mí ahora! Pensé que el mundo tenía almas mucho más bondadosas que las de los malvados, pero tú me lo mostraste, ¡me mostraste que los asquerosos y podridos bastardos como tú son todavía demasiados! No te mereces ni una pizca de mi respeto. Y Tiffany nunca se inclinará ante tu bastarda petición. ¡Tu malvado plan está condenado al fracaso!".

En lugar de arremeter con ira, Beckett sonrió mientras se limpiaba el agua de la cara con un papel. "Me importa un comino lo que pienses de mí. Sé que eres huérfana, así que Tiffany es todo lo que tienes. De cierto modo, eres casi como su cargo. Y ahora, por tu bien, admitirá ante la prensa que es una vergonzosa plagiadora. Solo mira. Unas horas más tarde, tendremos nuestras respuestas".