La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 90

Arianne supuso que Mark se había apresurado a volver a casa porque ella se había revelado escapándose de la casa hasta altas horas de la noche.

Se arregló la ropa y entró, preparada para enfrentarse a la tormenta.

Cuando entró, ninguno de los criados del chalet de Tremont descansaba. El Mayordomo Henry, Mary y los otros sirvientes estaban todos en una fila en la sala de estar. El Mayordomo Henry miró a Arianne, luego suspiró y no dijo nada.

Respiró hondo y dijo, "Está bien, se lo explicaré".

“El señor no está de buen humor después de beber. Será mejor que te lo tomes con calma...” le advirtió Mary.

Arianne sonrió y subió las escaleras. La puerta del dormitorio estaba entreabierta. Mark Tremont estaba sentado en la silla frente a la ventana francesa con un cigarrillo encendido entre los dedos. El humo cubría la habitación y su figura parecía un poco borrosa.

Todavía estaba en su traje, lo que significaba que acababa de regresar no hace mucho. Arianne se acercó a él y le ofreció una taza de té para que se recuperara. “Tiffie estaba de mal humor y borracha. Regresé inmediatamente después de llevarla a casa".

Mark ignoró su explicación. Dio una calada al cigarrillo y preguntó fríamente "¿No te dijo el Tío Henry que no puedes salir?".

“Lo hizo, pero es solo un mayordomo. No puede controlar a dónde quiero ir. Esto no tiene nada que ver con él”, respondió con calma.

Apagó su cigarrillo. "Siempre eres tan olvidadiza. El Mayordomo Henry está envejeciendo, tal vez sea hora de que se retire y se vaya a casa ".

Arianne estaba atónita; no esperaba que el Mayordomo Henry se viera implicado como resultado. "Dije que no tiene nada que ver con el Tío Henry".

Arianne negó con la cabeza. "No, solo tengo miedo de molestarlo".

Mary parecía dudar en hablar. "Di lo que quieras", le dijo Arianne.

Fue solo entonces que Mary finalmente se lo contó. “El señor regresó anoche con cara de amargura. Culpó al Viejo Henry por no cuidarte bien y lo despidió ... así que en realidad está empacando mientras hablamos. ¿Puedes persuadir al señor para que cambie de opinión? Tal vez solo dijo eso por impulso porque se preocupa demasiado por ti y le preocupa que te pase algo cuando sales por la noche ... ¿Puedes hablar con él?”

Arianne Wynn tenía un ligero dolor de cabeza. Miró el cuenco humeante de congee de mijo que tenía en las manos, luego se levantó y subió las escaleras.

Pensó que Mark todavía estaría dormido, pero resultó que ni siquiera durmió en absoluto. Después de tomar una ducha, se sentó frente a la ventana francesa toda la noche en bata de baño. Era obvio que nadie durmió en la cama anoche porque las mantas todavía estaban cuidadosamente dobladas sobre ella.