La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 919

Arianne se rehusaba a creer que Tiffany no se sintiera feliz en absoluto. "¿No había alguien que dijo que quería reconciliarse con Jackson? Eso fue destruido cuando Tanya nos hizo ese truco. Ahora, descubriste que no pasó nada en primer lugar, así que ¿por qué no te arriesgas? ¿Vas a esperar a que otra mujer se le acerque de nuevo? Ya tengo un hijo, pero aún no hay noticias de ti. Espero que te apresures y tengas una hija con Jackson, para que podamos ser familia".

Tiffany sonrió y respondió: “Déjalo ya. Ustedes los Tremont son muy influyentes. ¿Estás insinuando que debería escalar socialmente? Nadie puede garantizar esto. ¡Dile a tu hijo que tendrá que esperar! Estaba siendo temeraria e impulsiva en ese momento. Ahora soy mucho más racional. ¿Cuándo dije alguna vez que quería volver a juntarme con Jackson? Tengo que ser más reservada. ¡Soy una dama, después de todo! De acuerdo, no puedo charlar contigo por mucho tiempo. La directora finalmente me está dando un trabajo que hacer hoy. Tengo que hacer horas extras. No tengo tiempo para hablar. Hablaremos más tarde".

Una vez que terminó la llamada, Arianne miró a Aristotle y murmuró: "Esperaremos entonces. Somos hombres, podemos esperar. Incluso podemos esperar diez años y aún estaría bien, ¿verdad? Tu Tía Tiffie y tu Tío Jackson son muy guapos, así que estoy segura de que su hija también será muy bonita. Entonces seremos pacientes".

Aristotle era felizmente ingenuo y también se chupaba las manitas. Arianne se quedó sin habla. "En serio, todavía eres un bebé. No tienes preocupaciones. Tu papá nos abandonó y se fue a comer. Espera a que vuelva a casa y deja que él te cargue. Deja de cansarme, ¿de acuerdo?”.

Henry entró corriendo y vio a Arianne en el sofá de la sala. Su expresión cambió. “¿Ha salido el Sr. Tremont?”.

Arianne asintió. “Sí, ha salido a cenar. Deberías llamarlo si necesitas algo".

"Mm", respondió Henry y salió corriendo como una ráfaga de viento. Arianne se sorprendió. Henry ya no era tan joven, pero seguía siendo bastante ágil. ¿No tenía miedo de lastimarse la espalda?