La Pequeña Novia del Sr. Mu romance Capítulo 969

Tiffany se sintió preocupada. “¿Eh? ¿Quieres que hable con él sobre eso? Esa no es una buena idea. La última vez que comimos, le conté sobre mi embarazo. Él se fue sin comer un solo bocado. No he hablado con él en días, ¿y quieres que hable con él sobre eso? No creo que pueda. Tenía la sospecha de que estaba interesado en mí, pero ahora está bastante confirmado. Hemos dejado de hablar. No puedo buscarlo…”.

Arianne no se desanimó, a pesar de escuchar esto. “Bien. Realmente no parece una buena idea que lo veas ahora. Encontraré otra forma. Quiero reunirme con él. No debería ser un problema para ti programar una reunión para mí, ¿verdad? Hablaré con él en persona”.

“Claro”. Tiffany estuvo de acuerdo. “Establecer una reunión debería estar bien. Me pondré en contacto con él más tarde”.

Tiffany se dio la vuelta después de terminar la llamada y casi tropezó en los brazos de Jackson. Ella saltó del susto y tropezó hacia atrás. “¿Cuánto tiempo has estado ahí?”. Él no podría haber oído hablar de su embarazo, ¿verdad?

La expresión de Jackson parecía normal. Su hermoso rostro transmitía una sensación de impetuosidad. “Acabo de llegar. Quería ayudarte a mover tu coche. No puedo estacionar mi coche con el tuyo estacionado así… ¿Por qué la gran reacción?”.

No parecía que hubiera oído nada, así que Tiffany dejó escapar un suspiro de alivio. No había decidido cómo abordar el tema de su embarazo con él. Esta era la residencia de la familia West. Si Summer se enterara, el mundo entero también lo sabría. No era apropiado discutir esto aquí. “No es nada… moveré mi coche. Dirígeme por favor. Si termino dañando algo, ¡no lo puedo pagar!”.

Jackson se paró detrás de su coche y la dirigió. Todo estaba bien al principio, cuando de repente, el coche de Tiffany dio marcha atrás hacia la puerta de entrada sin control. Jackson notó que algo andaba mal y levantó la voz. “¡Para! ¡Vas a golpear algo!”.

Entonces, se escuchó un fuerte “bam”. Jackson estaba tan aturdido como una marioneta de madera. Renunció a la lucha. Tiffany asomó la cabeza por la ventana del coche. “¿He golpeado algo? ¿Por qué siento como si hubiera golpeado algo? ¿Sobre qué estabas gritando? No pude oír…”.