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La protegida de Bastien romance Capítulo 6

Mientras tanto en la oficina de Fabio su hijo destrozaba las cosas

— Aaaaaahhhh!!! Cómo es posible que ese imbécil supiera, como la secuestró y tomó su virginidad. ¡¡¡Era mía!!! Yo debía tomarla antes que nadie.

— Vamos hijo, es solo una mujer, no conviene hacer enojar a Bastien, es poderoso y cruel.

— No tanto como yo.

— Nos pago 15 millones para que dejemos en paz a esa muchacha, mas del doble de lo que tú le pagaste a su madre y tu plan era mostrar como nuestros perros adiestrados la violaban, sé que con eso hubieras ganado mucho dinero, ver que unos perros violan a una mujer virgen deja buenos dividendos.

— ¡¡¡¡¡Era mía!!!!! Como se atrevió ese maldito a quitármela de las manos, la tenía lista, este sábado le quitaría su virginidad, ¿sabes lo difícil que fue encontrarla? Esperé años por ella, cuando supe que era virgen tenía que vengarme Aaaah!!! - El hombre tiró la silla contra la puerta totalmente furioso. – ¿estás seguro de que ya no es virgen?

— Si, me mostró las fotos, follándola y la sangre que salía después de follarla.

— ¡¡¡¡Malditoooo!!!! Como puede ser que siempre vaya un paso antes que yo. Esto no se va a quedar así, esa mujer será mía, la haré mi esclava.

— Por favor hijo, piénsalo, podemos perder todo lo que tenemos por esa perra, ¿estás seguro de querer arriesgarlo todo?

— Claro que vale la pena.

El hijo de Fabio le tiró una foto sobre su escritorio, donde Kate salía de su antigua casa mientras la otra foto mostraba la marca de nacimiento de Bastien.

— ¿Qué siguifica eso?

— Los he estado siguiendo desde hace mucho padre, ese maldito Bastien me debe mucho y me lo cobraré con la única mujer que ha sido buena con él, ella debía ser mía, no de él, debía ser mi amiga, no de él cuando eramos niños, no dejaré que Bastien me siga quitando lo que es mío, nunca más.

— Sabes que Bastien es un demonio cruel y sin compasion cuando quiere algo.

— Bastien no me va a ganar padre, no me va a ganar, tengo algo a favor, yo soy un dulce encanto y no me rendiré. – una sonrisa macabra adornaba ese hermoso rostro que solo mostraba la maldad pura.

En la mansión Kate despertaba de su sueño, siempre era el mismo, ese hombre la besaba y susurraba palabras de amor, pisó con su pie herido, se dió cuenta que ya no dolía, miró por la ventana y vio a Bastien nadando en la piscina, su cuerpo era atlético y musculoso, tenía un tatuaje que cubría su espalda, lograba notar un ángel, era muy atractivo y varonil, Kate de descubrió mordiendo su labio mientras lo miraba solo en traje de baño, Bastien salió de la piscina y se sentó en la orilla, Kate podía ver su abdomen marcado mientras acariciaba su muñeca en su dedo y lo miraba con tristeza.

Que es lo que ocultas Bastien – Kate suspiró y luego se cambió de ropa y se puso un vestido, con unas sandalias, bajó lentamente las escaleras, la mesa estaba servida, había leche, cereal, fruta, Bastien salía de la cocina con una sarten con huevos, su pelo estaba mojado, usaba una camisa blanca arremangada y unos pantalones de traje, levantó la mirada y se encontró con los ojos de Kate.

— Bajaste … - susurró — siéntate está servido — Kate avanzó lento por la molestia de su pie y se sentó, Bastien volvió a la cocina con un botiquín, se arrodillo y tomó su pie.

— No es necesario, suéltame

— Debo revisar la herida

— ¡Te dije que no!

— ¡Te dije que sí! ¡Obedece! — Bastien tomó su pie con fuerza y sacó la sandalia, sacó el parche y aplicó alcohol.

— ¡¡¡Ay!!!

— ¿Aún duele?

— ¡No, sabes que me gusta gritar para desestresarme! — Bastien esbozó una sonrisa ante su comentario sarcástico, volvió a aplicar alcohol y sopló — aaayyyy — Kate se quejó bajito –

— Debes mantener limpio para que no se infecte, ¿tomaste los antibióticos?

— Sí

— Perfecto, debes comer ahora, o te harán daño al estómago.

— ¿Lo cocinaste tú?

— Así es, — Bastien puso un nuevo parche después de curar su pie – solo cocino para mí, pero ahora cociné para los dos

— ¿Por qué?

— En este mundo jamás debes confiar en nadie, menos si son alimentos, te pueden drogar y envenenar.

— Pero tienes suficientes hombres que te cuidan

— Lo sé, pero el dinero puede hacer que hasta tu perro te traicione.

No dejaré que Bastien me gane 1

No dejaré que Bastien me gane 2

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