La venganza de una Gamma romance Capítulo 224

Morgan

Han pasado tres meses desde mi Dulce Dieciséis y no estoy segura si debería gritar o llorar. Cada mañana me despierto en un piso Alpha vacío, toda mi familia ya ha salido por la puerta para cuando me levanto y no importa lo que intente, o me ignoran o me dicen que están demasiado ocupados.

Por lo que puedo recordar, siempre estaba con uno de mis Hermanos si no estaba en la escuela, ayudando de cualquier manera que pudiera y aprendí mucho a lo largo de los años. Durante mi primer año en la escuela aprendí rápido que las hembras querían ser mi amiga con la esperanza de conocer a uno de mis Hermanos y si ninguno de ellos estaba cerca, encontrarían cualquier excusa para irse.

Algunas personas no querían ser mi amiga por quien era, sino por quien conocía y debido a mi falta de amigos, ayudaría a mis Hermanos de cualquier manera que pudiera, archivando papeles o trayendo café como una joven Cachorra y cuando crecí, los ayudaría con cosas más importantes. Papá me dejaba sentarme en un pequeño escritorio propio en su oficina siempre y cuando estuviera callada y simplemente me sentaba allí leyendo, escribiendo o dibujando.

Mamá siempre decía que al observar a mi Padre y a mis Hermanos trabajar, sabría el trabajo que mi Compañero tendría que hacer diariamente, es una de las cosas que la mayoría de las Lunas ya no entienden y están más ocupadas con sus fiestas y cenas.

Pasando tanto tiempo en la oficina de Papá o en la de mis Hermanos, conozco cada rincón de nuestra Casa de la Manada, conozco cada posición de nuestros Guerreros que no están patrullando y conozco cada ruta que siguen nuestras patrullas. Nunca siguen una ruta dos veces seguidas y nuestros Guerreros ocultos son una medida de seguridad adicional.

Sé con qué Manadas tenemos una alianza, qué Manadas son amigables con nosotros y qué Manadas debemos evitar por cualquier motivo. Sé quiénes son los Lobos o Licántropos en el liderazgo de una Manada y quién tomará qué posición en el futuro.

Creo que sé más sobre nuestra Manada por mi cuenta que todos mis Hermanos juntos. A veces escuchaba a Papá hablar sobre otros Alfas que malcriaban a sus Cachorros, dándoles todo lo que pedían. Como ya expliqué, Papá no era así, nos hacía ganar nuestras cosas -extra- como él las llamaría y generalmente eran cosas que realmente no necesitábamos.

Las ganaba pasando mucho tiempo en la cocina, ayudando a preparar comidas durante todo el día y me encanta poder cocinar o hornear. Al principio medía los ingredientes que necesitaban los Omegas, cuando fui lo suficientemente mayor, ayudé a cortar frutas o verduras. En los últimos años he ayudado a cocinar y hornear para los miembros de nuestra Manada y Mamá está realmente orgullosa de lo que he logrado hasta ahora.

Pasando tanto tiempo con Papá y mis Hermanos, Mamá decidió que tendríamos un día Madre-Hija una vez a la semana, que podía ser un día en el spa, una jornada de compras o simplemente sentarnos en el jardín hablando sobre eventos importantes en mi futuro.

Prefiero pasar mis días en los campos de entrenamiento con mis Hermanos y nuestros Guerreros que con Mamá y las otras Lunas hablando de lo que sea que hablen. Como mencioné antes, no soy una chica femenina y esta era su forma de vincularse conmigo, creo que secretamente anotaba todo lo que le contaba, solo para saber cómo organizar cada evento a mi gusto. Realmente disfrutaba mis días con Mamá siempre y cuando solo fuéramos las dos, si otras hembras se unían, la conversación siempre terminaba en discusiones sobre fiestas y sus reglas.

Pero no hemos tenido un día Madre-Hija en los últimos tres meses, intenté mencionarlo durante el almuerzo después de unas dos semanas y simplemente me ignoró diciendo que estaba demasiado ocupada. Siempre está en algún lugar con nuestras hembras Beta y Gamma, incluso interrumpe sus conversaciones cuando entro en la habitación.

Intenté hablar con mis Hermanos y Papá durante esas primeras dos semanas, pero obtuve la misma respuesta de ellos. Papá apenas me dice una palabra, incluso un simple Buenos días o Hola parece ser demasiado. Todo lo que obtengo de mis Hermanos es -ahora no- -estoy ocupado- -no tengo tiempo- y más comentarios en esa línea. Incluso mi entrenamiento se ha detenido ya que nuestra Gamma ya no se presenta.

Para cuando termino mi primera prueba, me doy cuenta de que afuera está oscuro y al revisar la hora veo que casi es medianoche. No escucho nada afuera, lo que me dice que nadie ha notado que no estoy en la casa de la Manada o en mi habitación y decido pasar la noche en la cabaña.

Cuando me despierto a la mañana siguiente, me preparo para el día y me dirijo a los terrenos de entrenamiento. Nadie me presta atención mientras sigo mi rutina de entrenamiento y después de terminar, subo a mi habitación para ducharme y vestirme. Almuerzo en la cocina de nuestro piso y como todos los días, cuando termino parece como si no hubiera estado aquí en absoluto.

Comienzo mi segunda prueba en el momento en que llego a la cabaña y para cuando termino es hora de cenar. Regreso a la casa de la Manada para tomar algo de cena y me encierro en mi habitación después de terminar. Leo uno de los libros que tomé de la biblioteca, un libro sobre la Ley de Lobos y Licántropos y justo antes de la medianoche apago las luces para dormir un poco.

Por la mañana sigo la misma rutina de los últimos tres meses y al entrar en la cocina me sorprende ver a Colton, le digo Buenos días mientras camino hacia el refrigerador. Él murmura algo pero no me molesto en descifrarlo y cuando me doy la vuelta ya no está, dejándome sola de nuevo.

Después del entrenamiento y el almuerzo, me cambio a mi traje de cuero para salir a dar un paseo y cuando llego a la puerta, nuestros Guerreros me dejan pasar sin hacer preguntas, algo que es un gran No-No a los ojos de papá. Simplemente lo dejo pasar mientras me alejo a toda velocidad del territorio, disfrutando de la libertad de andar en mi moto y cuando regreso nadie me detiene para preguntarme a dónde fui.

Termino mi día como siempre, leyendo un libro en mi cama hasta que mis ojos se vuelven pesados y me acuesto para la noche.