Cap. 13: ¿AUTO TUYO? – PARTE II
—¿Auto Tuyo? Me gusta auto tuyo, tu auto de rojo —Era Marcus, tan idéntico a su hermano —.Tú aquí al puerto, ¿tú vuelves y me dejas yo te paseo en auto tuyo?
Ricardo soltó una enorme risotada, se dobló y lo levantó en brazos. Comprobó que era menos pesado que Ricardito y también, unos centímetros por debajo de su hermano, también notó que su dicción y hablar eran propios de su edad, porque Ricardito es un genio, entonces su corazón explotó emocionado...
—Eres Marcus, ¿verdad?
—Sí, ¿Y tú?
—¡Eres mi otro yo! ¡Claro que eres mi otro yo! Vamos adentro, Marcus y sabrás quién soy yo, estoy tan feliz de conocerte, además, quiero que sepas que ese auto rojo no es mío, auto rojo es tuyo Marcus, yo no tengo nada, ustedes lo son todo, y de ustedes es todo—Ricardo lo abraza emocionado, mientras sus ojos, cristalizados, miraban al firmamento.
Ricardo llevó alegremente a Marcus a la casa, el niño se reía y se acurrucaba en su hombro, y estaba a punto de llevarlo arriba con Isabel, cuando apareció Alberto.
Alberto levanta un brazo en un gesto para impedir que Ricardo suba y le dice provocativamente.
—Señor constructor, usted no puede estar aquí, esta es la casa de mi novia Isabel Del Castillo.
—¡Este tío tiene un coche deportivo súper guay! ¡Me dijo que el coche es mío! —le soltó Marcus muy emocionado y feliz.
—Marcus, bájate, te llevaré con mamá, ¿ven? —Alberto estaba molesto, odiaba que ese hombre hubiera venido a arruinar su posible familia: Giró la cabeza hacia el niño y sonriendo le extendió los brazos para cogerlo, pero Marcus ni se inmutó ni siquiera se volvió a mirar a Alberto.
—Mamá de Marcus yo espero afuera… —se oyó a Marcus.
Ricardo sonrió al oírle. El niño salió y después metió su carita por la abertura de la puerta para decir.
—¡Tú! —Marcus lo llamó e Isabel sonrió al oírle, Ricardo se volvió a la puerta para atenderle en su llamado —. ¡¿Tú, amigo de Marcus?! —Ricardo asintió sonriéndole. Al cerrarse la puerta, los ojos de Ricardo estaban chispeantes, llenos de ira al volverse a su hermosa ex esposa.
—¿Crees que puedes jugar conmigo, Isabel? ¿Crees que puedes engañarme? ¡Pues no! Dime ahora y mirándome a los ojos ¿Estás segura que puedes seguir con esa mentira que me dijiste hace un momento? —caminó negando—. No me vas a privar nunca más de mis hijos, han sido casi cinco años, los ocultaste de mí desde que estaban en tu vientre, ¿Qué pretendes Isabel? ¿Por qué me odias tanto? ¿Son mis hijos? Marcus es idéntico a mí, a su hermano, la niña puede ser un poco a tu color, pero sus facciones, Isabel, son Del Hoyo, por Dios, son trillizos y voy a hacer que reconozcas eso ante el mundo… ¡Por la madre que me parió, que eso vas a hacer Isabel Del Castillo! La ley está de mi parte y sabes qué, voy a mover a todo un bufete de abogados hasta obtener la custodia de mis hijos, voy a demostrar ante quien sea que son mis hijos.

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