Narra Edward.
Los miembros de la manada necesitaban una Luna y esa chica era perfecta para el papel, no solo era hermosa sino que parecía tan inocente y amable.
No pude concentrarme mientras imágenes de su encantadora cara iban a mi mente. Con grandes y hermosos ojos de chocolate que combinaban con su larga y suave melena ondulada. Labios suaves y odiaba admitirlo, pero estaba volviendo loco a mi Lycan, ¡maldito vínculo de pareja! El deseo de tomarla en mis brazos y arrancarle la ropa para enterrar mi erección en ella se hacía más fuerte.
Candace irrumpió en mi oficina y se plantó frente a mí, cruzando los brazos en su pecho enojada. Cerré los ojos por un momento antes de abrirlos de nuevo, esperaba que se hubiera ido, pero no tuve tanta suerte.
—¿Qué es ese rumor que dice que ahora tienes una Luna? —chilló ella, entonces apoyé mi cabeza en el respaldo de la silla.
—Sí, la necesito para la manada.
—¿Y qué pasa conmigo?
—Bueno, esa chica fue parte de un trato y obtendrá el respeto de la gente a diferencia de ti, además, mi hermano ya la trajo. —Me encogí los hombros, despidiéndola con un gesto de la mano.
Mi hermano me informó que estaba organizando una fiesta para presentar a la nueva Luna, así que salí temprano del trabajo. Una vez en la casa, los invitados ya habían llegado y todos estaban ansiosos por conocer a su nueva Luna.
—Damas y caballeros, me gustaría presentarles a la mujer que todos han estado deseando ver, su nueva Luna, Caliana Meyers.
Mi pareja descendió las escaleras y quedé atónito por su abrumadora belleza. Llevaba una suave sonrisa, una sonrisa que podía hacer creer que estaba algo ansiosa. Yo pude notarlo. Ella golpeaba sus dedos contra su cadera derecha en cierto ritmo cuando estaba ansiosa, lo había noté durante nuestras interacciones ocasionales. Después de verla, interactué con algunos invitados que presentes cuando la chica…
—Se llama Caliana —me recordó mi Lycan interior, Ward.
—Ya lo sé —le dije.
—¿Por qué nunca lo mencionas? —pregunta él y gruñí, frustrado con él.
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